Ambas mujeres usaron superpegamento para adherirse a los postes que sostenían al dinosaurio dentro de un museo en Berlín
Dos activistas medioambientales se pegaron con super pegamento a la estructura de un esqueleto de dinosaurio en el Museo de Historia Natural de Berlín, para protestar por la falta de estrategias funcionales del gobierno alemán para atender la urgencia climática.
“A diferencia de los dinosaurios, nosotros podemos cambiar nuestra suerte”, declaró la activista Caris Connell, de 34 años, mientas se pegaba al dinosaurio. “¿Queremos extinguirnos como los dinosaurios, o queremos sobrevivir?”, gritó.
La segunda activista, Solvig Schinkoethe, que estaba acompañada por su hijo, dijo que como madre de cuatro niños teme por las consecuencias del calentamiento global. “Hemos decidido proteger a nuestros niños de la mortífera ignorancia de nuestro gobierno”, protestó la mujer.
Las activistas forman parte de la organización “Uprising of the Last Generation” (“El Alzamiento de la Última Generación”), que ha realizado varias protestas en los últimos meses como el ataque con puré de papá a un cuadro de Monet.
La cuenta oficial de la organización compartió un video de la protesta en sus redes sociales.
El museo no comentó de inmediato sobre la protesta. Los activistas formaban parte del grupo Levantamiento de la Última Generación, que ha protagonizado numerosas manifestaciones en los últimos meses, incluido el bloqueo de calles y el lanzamiento de puré de patatas a un cuadro de Claude Monet.
Just Stop Oil
En tanto, activistas de la organización ecologista Just Stop Oil cubrieron este lunes cuatro edificios seleccionados del centro de Londres con llamativa pintura naranja, en otro acto de protesta para exigir al Gobierno británico que paralice las nuevas licencias de petróleo y gas.
Sobre las 7:30 horas de esta mañana, seis activistas de la citada plataforma esparcieron la pintura utilizando extintores de fuego sobre la sede del ministerio británico de Interior, la sede de los servicios secretos MI5, el Banco de Inglaterra y la sede del grupo mediático News Corp, situada en el Puente de Londres.
Según explicó hoy un portavoz de Just Stop Oil, esos edificios fueron escogidos a propósito, pues “representan los pilares que apoyan y mantienen el poder de la economía del combustible fósil: Gobierno, seguridad, finanzas y medios de comunicación“.
“No estamos dispuestos a esperar y mirar mientras todo lo que amamos se destruye, las personas vulnerables pasan hambre y las empresas de combustibles fósiles y los ricos se benefician de nuestra miseria”, indicó la fuente.
El mismo portavoz agregó que “la era del combustible fósil debería haberse terminado hace tiempo, pero los siniestros tentáculos de los intereses del combustible fósil continúan corrompiendo nuestras políticas, Gobierno y medios de comunicación, tal y como llevan haciendo décadas”.
“¿Cómo, si no, se explican un Gobierno que ignora políticas sensatas como las (de las energías) renovables, el aislamiento y el transporte público, que recortarían nuestras facturas energéticas y nuestras emisiones de carbono, en favor de programas corruptos para perforar gas y petróleo a costa de los contribuyentes?”, agregó.
Este último incidente protagonizado por los activistas de Just Stop Oil sigue a cuatro semanas de “continua resistencia civil” por simpatizantes de la plataforma, que se han saldado con 637 detenciones policiales y con seis activistas actualmente encarcelados.
Otros “ataques”
Los ataques a museos por parte de activistas medioambientales son cada vez más frecuentes. En el último mes varios cuadros y piezas de arte valuadas en millones de dólares ha sido víctimas de las protestas.
Se ha vuelto común que activistas lancen algún tipo de pintura o alimento a las pinturas o piezas importantes de los museos para posteriormente pegarse a la pared o incluso a los cuadros, como ha sucedido este pasado sábado en Berlín con el esqueleto de un dinosaurio.
La última manifestación de este tipo se realizo apenas hace 4 días, el 27 de octubre, en el museo Mauritshuis en La Haya. Dos activistas decidieron protestar pegándose a la pintura de ‘La joven de la perla’, del pintor neerlandés Johannes Vermeer, conocida como la ‘Mona Lisa del Norte’.
“¿Cómo se siente ver algo hermoso destruido ante tus ojos?”, gritó uno de los activista mientras derramaba pintura roja sobre la cabeza de su compañero que pegó su cabeza a la pintura.
Hasta el momento ningún cuadro ha resultado verdaderamente dañado pues todos contaban con protección de cristal.
Sin embargo, varios museos del mundo han comenzado a desarrollar nuevos protocolos de seguridad ante la amenaza de más protestas.
Contenido relacionado:
AMLO critica a ambientalistas por “ataques” a obras de arte y pide que no lo hagan en México
CAB