Holcomb fue recibido este lunes por la presidente de Taiwán un día después de su llegada a la isla para una vista de cuatro días
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing Wen, recibió este lunes una nueva delegación estadounidense, en esta ocasión encabezada por el gobernador republicano del estado de Indiana, Eric Holcomb.
Holcomb fue recibido este lunes por la presidente de Taiwán un día después de su llegada a la isla para una vista de cuatro días.
La suya es una nueva muestra de apoyo de Washington tras el paso del senador Ed Markey y sobre todo de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.
Aquella visita de Pelosi motivo las críticas de China, que en respuesta llevó a cabo una serie de ejercicios militares, que para Taiwán no son más que “amenazas” por lo que pidió a sus “aliados democráticos” que sigan “unidos” para “impulsar” la cooperación “en todas las áreas”.
Holcomb prometió que el estado de Indiana continuará buscando cómo seguir colaborando con Taiwán durante los próximos años y muestra de ello plasmó su firma en un memorando de entendimiento con el Ministerio de Asuntos Económicos de la isla para facilitar la cooperación empresarial, comercial y científica.
Durante su estancia, el gobernador Holcomb planea reunirse con otros altos funcionarios del Gobierno, así como con otros representantes empresariales y de la sociedad civil, según la cartera de Exteriores de Taiwán.
Seúl
En tanto, Corea del Sur y Estados Unidos retomaron hoy por primera vez en cuatro años unos ejercicios militares de gran magnitud en un momento marcado por la escalada armamentística en la península y la posibilidad de que el régimen norcoreano lleve a cabo su primera prueba nuclear desde 2017.
Estos ejercicios buscan reforzar la interoperabilidad de los aliados en respuesta al programa adoptado el año pasado por Corea del Norte para modernizar su arsenal y que ha contribuido a la escalada armamentística en la península.
Tras confirmarse su celebración el pasado 1 de agosto, los aliados iniciaron hoy Ulchi Freedom Shield (UFS), según confirmó en un breve comunicado en Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS), unas maniobras militares sobre el terreno y a gran escala que no se celebraban bajo este formato desde el verano de 2018.
Estas maniobras, que suelen desatar la condena de Corea del Norte debido a que el régimen las considera un ensayo para invadir su territorio, fueron reducidas en escala primero y canceladas después de cara a favorecer el diálogo durante el bienio de acercamiento que vivieron hasta 2019 Pionyang, Seúl y Washington.
El fracaso de la cumbre sobre desnuclearización de Hanói y el cierre fronterizo total —que aún persiste— de Corea del Norte para contener la Covid volvieron a distanciar a ambos bloques, una brecha que se amplió aún más cuando el régimen de Kim Jong-un aprobó enero de 2021 un plan quinquenal para desarrollar armas hipersónicas, más y mejores misiles o submarinos de propulsión nuclear.
Aunque se desconoce si UFS, que durará hasta el próximo 1 de septiembre, incluirá maniobras con fuego real, se da por hecho que implicará el despliegue de tanques, activos aéreos y miles de soldados.
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Además de maniobras sobre el terreno, incluye también una simulación computarizada como ejercicio de puesto de mando y ejercicios de defensa civil.
UFS transcurre en dos partes, una primera que consiste en repeler un hipotético ataque norcoreano y en defender la región capitalina surcoreana y una segunda que consiste en operaciones de contraataque.
El ejercicio incluye escenarios como la detección de operaciones de sabotaje con explosivos en centrales nucleares, o ataques sobre una fábrica de semiconductores (principal exportación surcoreana y elemento clave en las cadenas de suministro globales), aeropuertos o la red bancaria nacional, según ha dado a conocer el Ministerio de Defensa Nacional surcoreano.
El ejercicio también servirá para asesorar las capacidades de las fuerzas surcoreanas de cara a obtener en el futuro el control operativo (OPCON) de las fuerzas combinadas en caso de un ataque norcoreano.
Pese a que originalmente estaba previsto que Seúl se hiciera con el OPCON a mediados de la pasada década, los continuos avances militares de Pionyang han obligado a retrasar esta opción.
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CAB