El ejército ucraniano negó haber perpetrado ataques con proyectiles o artillería sobre Olenivka
Rusia y Ucrania se acusaron mutuamente este viernes de bombardear una cárcel en la que se encontraban prisioneros de guerra ucranianos en territorio controlado por los separatistas rusos, que según Moscú dejó decenas de muertos.
El ministerio ruso de Defensa afirmó que el ataque, en el que afirmó murieron 40 prisioneros ucranianos y ocho empleados de la prisión, se llevó a cabo con misiles de largo alcance suministrados a Ucrania por Estados Unidos.
Esta “sangrienta provocación del régimen de Kiev” estaba destinada a disuadir a las tropas ucranianas de deponer las armas y rendirse, aseguró Moscú.
Rusia afirmó que entre los muertos se encontraban miembros del batallón Azov, una división que ganó notoriedad por defender el puerto ucraniano de Mariupol (sur) frente al avance de las tropas rusas.
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El cruce de acusaciones se produjo mientras el presidente ucraniano Volodimir Zelensky visitaba un puerto del sur de Ucrania para supervisar la carga de un barco con cereales para su exportación, en el marco de un plan respaldado por la ONU.
La presidencia ucraniana dijo que las exportaciones podrían reanudarse en los “próximos días” siguiendo el acuerdo destinado a llevar a los mercados mundiales millones de toneladas de grano ucraniano varado por el bloqueo naval de Rusia.
Tras el ataque a la prisión, la televisión estatal rusa mostró lo que parecían ser celdas destruidas, con camas metálicas enmarañadas, pero no se pudieron ver víctimas.
El ejército ucraniano negó haber llevado a cabo el ataque diciendo que sus fuerzas “no lanzaron ataques de misiles ni artillería en la zona de Olenivka”.
Culpó a las tropas rusas de estar detrás del ataque con el objetivo de “acusar a Ucrania de haber cometido crímenes de guerra y encubrir las torturas de los prisioneros y las ejecuciones que llevaron a cabo” en la cárcel.
“Rusia cometió otro horrendo crimen de guerra al bombardear un centro penitenciario en la región ocupada de Olenivka donde mantenía retenidos a prisioneros de guerra ucranianos”, escribió el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, en Twitter.
Prisioneros de guerra
Los efectivos ucranianos fueron capturados luego de la encarnizada batalla por la ciudad portuaria de Mariúpol, en el Mar de Azov, tras pasar meses atrincherados en la vasta planta metalúrgica Azovstal. Su resistencia se ha convertido en un símbolo de la lucha del pueblo ucraniano contra la invasión que comenzó el 24 de febrero.
El Regimiento Azov y otras unidades ucranianas defendieron la acería durante casi tres meses aprovechando su laberinto de túneles subterráneos. Más dedos mil 400 efectivos rindieron en mayo ante los incesantes bombardeos rusos desde tierra, mar y aire.
Decenas de soldados ucranianos fueron llevados a prisiones en zonas controladas por Rusia como la región de Donetsk, una zona escindida en el este de Ucrania que está dirigida por autoridades separatistas apoyadas por Moscú.
Algunos han regresado a Ucrania como parte de intercambios de prisioneros con Rusia, pero las familias de muchos otros desconocen si sus seres queridos siguen vivos o si podrán volver algún día. Por otra parte, el alcalde de Járkiv reportó bombardeos en la segunda mayor ciudad de Ucrania.
Ihor Terekhov indicó que parte del centro de la ciudad noroccidental se vio afectada por la ofensiva, incluyendo un edificio de dos plantas y un centro de educación superior.
Según el regidor, los ataques se produjeron poco después de las 04:00 horas. “El Servicio Estatal de Emergencias ya está trabajando: están revisando los escombros, buscando a personas atrapadas debajo de ellos”, señaló Terekhov en una publicación en Telegram.
La oficina presidencial ucraniana reportó la muerte de al menos 13 civiles en los bombardeos rusos registrados en todo el país en las últimas 24 horas, que causaron también 36 heridos.
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CAB