Los padres de Lucas, el bebé de siete meses muerto porque le aplicaron una dieta alternativa sin gluten ni lácteos, fueron condenados hoy en Bélgica. El fallecimiento fue “el resultado de la oferta sistemática de comida que no era adecuada”, afirmó el juez Mieke Butstraen. Por eso, “su salud se vio gravemente perjudicada y terminó muriendo”, agregó.
La Corte de la ciudad de Dendermonde le impuso a los padres de Lucas penas en suspenso de seis meses de prisión por no tomar las medidas adecuadas para cuidar del pequeño, sin embargo, aún podrían apelar la sentencia.
El caso provocó un gran escándalo sobre el uso de la medicina alternativa y la responsabilidad de los adultos al criar a sus hijos. Los padres de Lucas dirigían una tienda de alimentos naturales en la ciudad de Beveren y decidieron aplicarle una dieta alternativa basada en la leche de quinoa, ya que le autodiagnosticaron intolerancia al gluten y alergia a la lactosa.
Cuando murió el niño, sus órganos se habían contraído hasta la mitad de su tamaño y no tenían nada de grasa alrededor. Perdió la vida por desnutrición, con sólo 4 kilos de peso, la mitad de lo que recomiendan los médicos a esa edad.
Durante el juicio que arrancó en mayo –y que hoy se supo la resolución final– los fiscales acusaron a la pareja por darle al bebé la comida equivocada y administrarle su propia dieta. El fiscal defendió que “los padres determinaron su propio diagnóstico de que Lucas era intolerante al gluten y tenía una alergia a la lactosa”. También los señaló por llevarlo a un médico homeopático al otro lado del país cuando Lucas estaba muriéndose de hambre, en lugar de ir al hospital más cercano.