El reciente brote de viruela símica en países donde no es endémica ha comenzado a llamar la atención de los expertos
El patógeno que causa el brote actual de viruela símica ha mutado de forma sorprendentemente fuerte, según un estudio realizado por miembros del Instituto Nacional de Salud Doctor Ricardo Jorge (INSA) en Lisboa (Portugal).
En comparación con los virus relacionados en 2018 y 2019, hay alrededor de 50 diferencias en el genotipo, según el equipo de investigadores, basándose principalmente en análisis de casos portugueses. Esto es aproximadamente de seis a 12 veces más de lo que se hubiera esperado para este tipo de patógeno sobre la base de estimaciones anteriores. La rama divergente podría ser un signo de evolución acelerada.
“Nuestros datos revelan pistas adicionales de la evolución viral en curso y la posible adaptación humana”, señala el doctor João Paulo Gomes, quien ha dirigido el estudio que acaba de publicar la revista Nature Medicine.
Los expertos habían hablado hasta ahora de un desarrollo fundamentalmente bastante lento con respecto a este tipo de virus, especialmente en comparación con las numerosas mutaciones del virus COVID-19. Los autores del estudio sospechan que una o más introducciones de un país donde el virus es persistente están detrás del brote actual. Los eventos de superpropagación y los viajes internacionales parecían haber promovido una mayor escalada.
Los expertos también sospechan que las enzimas del sistema inmunitario humano fueron las responsables de estos cambios en el genoma. Los investigadores añaden que no hay indicios de si las mutaciones favorecían la propagación actual, pero eso no podía descartarse.
En todo el mundo, se han reportado casi 5 mil infecciones de viruela del simio este año. De estos, 3 mil 308 casos se registraron en 40 países fuera de África hasta el miércoles, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
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El catedrático de Genética de la Unidad Mixta Infección y Salud Pública FISABIO en la Universitat Valencia, Fernando González Candelas, señala que “es el primer trabajo revisado por pares que analiza el genoma del virus del mono (MPXV) a partir de pacientes involucrados en el brote recientemente detectado”.
“En el estudio se emplean la mayoría de las técnicas y metodologías que se han usado en el estudio genómico del coronavirus SARS-CoV-2, adaptándolas a las características concretas del MPXV, como es su mayor tamaño (casi 10 veces más que el del SARS-CoV-2) y la naturaleza del material hereditario (ADN en vez de ARN). Esto implica una menor tasa de mutación pero que, al tratarse de un genoma mayor, permite analizar cadenas de transmisión con gran fiabilidad”, explica a SMC España.
En su opinión, el resultado más destacable es demostrar que el brote, detectado en varios países casi simultáneamente, tiene un origen único y, además, que en ese origen está implicado un virus que ha experimentado un número importante de cambios respecto a los virus más próximos de la misma especie identificados hasta el momento (relacionados con los virus endémicos en países de África central y oriental).
“Estos cambios genéticos parecen estar vinculados a adaptaciones al nuevo huésped (el ser humano, pues el hospedador natural del virus son distintos roedores y otros pequeños mamíferos)”, advierte a la misma fuente.
La enfermedad se propaga a través del contacto físico cercano. Aunque la enfermedad puede ser mortal, es tratable pero viene con una fase de erupciones cutáneas molestas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llevado en las últimas horas este tema al Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional, donde se ha pedido a los países miembros que compartan la información con la OMS; que detecten casos, realicen un adecuado rastreo de contactos, secuencien el genoma e implementen medidas de control de prevención y control de infecciones; y fortalezcan sus capacidades para prevenir la transmisión de la viruela del simio.
“Aunque la extensión del brote de MPXV no es ni de lejos tan rápida ni tan amplia como la del SARS-CoV-2, estamos frente a un nuevo ejemplo de infección emergente que se puede expandir rápidamente por todo el mundo y que debe ser atajada cuanto antes para impedir consecuencias más graves. La vigilancia genómica de estos y otros patógenos es una de las herramientas más potentes que tenemos a nuestra disposición para alcanzar ese objetivo”, concluye el experto español.
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CAB