El primer ministro británico, Boris Johnson, conservó este lunes su puesto gracias al apoyo de una mayoría de diputados conservadores
El primer ministro británico, Boris Johnson, conservó este lunes su puesto gracias al apoyo de una mayoría de diputados conservadores en la moción de censura interna sobre su liderazgo.
Sin embargo, el jefe del Ejecutivo, castigado por el escándalo de las fiestas en Downing Street durante la pandemia, sufrió un fuerte varapalo al ver cómo 148 parlamentarios “tories” (de un total de 359) votaron por retirarle la confianza.
Johnson necesitaba al menos 180 votos para continuar liderando el partido y el Gobierno. Si perdía dicha moción, se iniciaría un proceso para celebrar unas primarias conservadoras en las que se elegiría a su sucesor.
Si ganaba, como terminó por pasar, los conservadores no podrían volver a convocar un voto contra él en doce meses, según las actuales normas de la formación.
Horas antes de la moción, el primer ministro se reunió a puerta cerrada con su grupo parlamentario, un encuentro en el que pidió el respaldo y la unidad de sus diputados.
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En su discurso, Johnson esgrimió que es el artífice de la mayor victoria electoral para los conservadores en varias décadas (obtuvo la mayoría absoluta en 2019) y pidió pasar página del escándalo de las fiestas en Downing Street durante la pandemia.
“En mucha ocasiones se ha dicho que estaba acabado. Puedo reconstruir la confianza. Dejen de hablar de Westminster y empiecen a hablar de la gente que nos envió aquí», habría dicho según uno de los asistentes.
El premio de esta noche es enorme (…) lo mejor está por llegar”, agregó, según la misma fuente, insinuando una próxima bajada de impuestos, medida muy popular en un momento de inflación disparada que está estrangulando a muchas familias incapaces de llegar a fin de mes.
Ese escándalo ha sido el que ha desplomado su popularidad y ha llevado al 15 por ciento de su grupo parlamentario (54 diputados) a convocar la moción de este lunes.
Próximamente una comisión parlamentaria debe investigar si Johnson mintió a sabiendas a la Cámara de los Comunes cuando en diciembre aseguró que no hubo fiestas en sus oficinas y que no se infringieron las normas anticovid. Según el código de conducta oficial, engañar al parlamento es motivo de dimisión y si se demuestra que lo hizo le costaría resistir a la presión de la oposición y de sus propias filas.
El Partido Conservador se ha mostrado históricamente implacable con sus líderes que dejaron de tener atractivo electoral —incluida la emblemática Margaret Thatcher— y Johnson que llegó al poder en 2019 cuando la muy debilitada Theresa May se vio empujada a dimitir pese a haber ganado un voto de confianza, lo sabe.
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CAB