El País tuvo acceso a peritajes independientes solicitados por la Fiscalía, que revelan fallas en el mantenimiento de la Línea 12 del Metro
Como parte de las investigaciones por el colapso en el tramo elevado de la Línea 12 del Metro que dejó 26 personas muertas la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México solicitó cuatro peritajes, tres de los cuales reportaron fallas en el mantenimiento de la obra.
El diario El País tuvo acceso a los documentos y reveló parte de su contenido, dado a conocer en agosto de 2021 a la FGJ capitalina.
La Fiscalía contrató a cuatro especialistas para evaluar el tramo colapsado. El primer experto fue el perito en fotografía fotogramétrica, Arturo Palencia Rodríguez, en cuyo análisis advirtió que en el tramo colapsado, entre las estaciones Olivo y Tezonco, ya existían flechamientos (deformación de vigas hacia abajo debido a la presión) y deformaciones en algunas trabes metálicas.
Lo cual infiere que el fallamiento de las trabes metálicas entre las columnas 12 y 13 (zona del colapso) no fue un caso atípico”, indica.
Palencia Rodríguez aseguró en su informe que “el flechamiento y la deformación son monitoreables y detectables con estudios especializados“, pero que “no se encontró evidencia alguna de trabajos especializados de inspección o monitoreo que observaran las deformaciones puntuales”.
Exhortó a realizar con urgencia una inspección y monitoreo de todo el tramo elevado que haya tenido el mismo método constructivo que la zona colapsada.
Recomendó un reglamento para regular y normar las prácticas de inspección, monitoreo y mantenimiento.
El segundo peritaje corrió a cargo del experto en seguridad estructural Vicente Robles Jara, quien concluyó que el inicio del colapso derivó de una “fatiga por distorsión inducida“, que se aceleró por la deficiencia de pernos.
Apuntó “un mantenimiento inadecuado” como posible causa de la tragedia, toda vez que la Línea 12 del Metro era una estructura del grupo A, donde una falla puede causar pérdidas múltiples de vidas.
No se encontró evidencia de que la estructura hubiera tenido una inspección rutinaria ni una inspección detallada a los componentes estructurales”, manifestó.
De acuerdo con Robles Jara entre la documentación proporcionada sobre la Línea 12 no halló recomendaciones específicas para llevar a cabo revisiones “como eran de esperarse”.
Añadió que como había fallas que no podían revisarse mediante una inspección visual debían establecerse “criterios de revisión indirecta mediante el seguimiento de deformaciones”.
El experto consideró que el colapso no puede atribuirse a un mantenimiento inadecuado de la Línea Dorada porque en obras bien diseñadas y construidas “los colapsos como el registrado no son frecuentes”.
Recomendó inspecciones y estudios detallados que permitan evaluar las condiciones de estabilidad estructural en que se encuentra el resto de la Línea.
El experto en puentes Alberto Patrón Solares entregó un tercer peritaje que advierte que el colapso fue por errores en el diseño y construcción de la obra, como la instalación insuficiente e inadecuada de pernos y un diseño inadecuado que ocasionó agrietamientos por fatiga. Expuso también soldaduras de mala calidad y pandeo de las vigas.
El trabajo de Patrón Solares se centró en el tramo gemelo donde reportó “un agrietamiento en el alma de una de las trabes principales, así como deformaciones verticales relativamente importantes en las dos trabes principales”.
Una versión previa a la entregada del informe del especialista en puentes presume que “los disfuncionamientos antes mencionados, si bien incipientes, podían ser detectados si se cuenta con un manual de inspección y mantenimiento adecuado, que indique detalladamente los tipos de inspecciones requeridos en los diferentes elementos que componen la estructura, así como los umbrales límite de las deformaciones verticales de la misma”.
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Tras el colapso el secretario de Obras de la Ciudad de México, Jesús Esteva, aseguró en entrevista con El País que una evaluación no serviría para detectar los fallos de la estructura, a lo que Patrón Solares reviró que lo que no puede ser detectado es la carencia, mala ubicación y mala soldadura de los pernos de cortante.
Aunque no encontramos evidencia de la realización de inspecciones detalladas de la estructura durante su vida operativa, la ausencia de dichas inspecciones no es el origen del colapso”, aclaró el experto.
Sugirió una inspección detallada de todo el tramo elevado y una inspección en profundidad de la Línea 12 antes de su reapertura. Insistió además en la necesidad de un manual de mantenimiento detallado.
El cuarto y último peritaje fue realizado por el especialista en geotecnia Walter Paniagua, quien analizó las condiciones de la cimentación de las columnas 12 y 13, que sostenían el tramo colapsado.
A diferencia del resto de expertos, no identificó ningún problema en la cimentación que se asocie al derrumbe.
De los cuatro análisis, la Fiscalía capitalina tomó como principal base para su dictamen final el informe de Patrón Solares, pero omitió las menciones al mantenimiento y la falta de inspecciones.
Derivado del dictamen, el Ministerio Público identificó a las personas que supuestamente tenían bajo su cargo asegurar que las causas del colapso no se presentaran y hasta el momento se han imputado a diez exfuncionarios por homicidio culposo, lesiones y daño a la propiedad.
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CAB