Un tribunal holandés reconoció hoy el derecho de los posibles hijos del médico Jan Karbaat a comprobar, mediante un análisis de ADN, si es su padre biológico y si inseminó a las madres con su propio esperma cuando dirigía una clínica de embarazo asistido en Rotterdam, entre 1980 y 2009.
Tras la denuncia de 22 personas, nacidas por inseminación artificial con esperma de donantes anónimos, la Justicia holandesa respaldó su derecho a comprobar su ADN con el de Karbaat, fallecido el pasado mes de abril a los 89 años.
Todos ellos afirman que encuentran similitudes físicas entre ellos y el doctor fallecido y que nacieron gracias a un tratamiento de inseminación que sus madres recibieron en la clínica de Bijdorp, que Karbaat adquirió en 1973.
Tras estas afirmaciones, decenas de personas se sumaron a la denuncia y presentaron también sus quejas ante asociaciones defensoras de los niños por la falta de ética en las prácticas de Karbaat.
Se sospecha que el médico inseminó a cientos de mujeres con su propio semen, entre otras razones debido a la escasez de donaciones durante la época en que él dirigía Bijdorp.
Este centro de donación de esperma era el mayor de Holanda y también suministraba semen a clínicas repartidas por todo el país.
En una entrevista el pasado año, Karbaat afirmó que mezclaba el semen de varios donantes porque eso aumentaba la posibilidad de que la paciente lograse quedarse embarazada.
Sin embargo, siempre rechazó someterse a las pruebas de ADN para comprobar las sospechas y calificó a las demandantes de “madres insatisfechas con el resultado” de la inseminación.
Los resultados de las pruebas de ADN que se vayan a realizar no podrán hacerse públicas hasta que un tribunal lo autorice.
Hasta entonces, las comparaciones de ADN se realizarán de forma secreta y bajo la supervisión de un notario, según dictaminó hoy la corte.
El fallo fue escuchado por decenas de presuntos descendientes de Karbaat, que ahora exigen someterse a las pruebas para confirmar o refutar que ese médico es su padre biológico.