Se dio a conocer que una amplia esfera de ciudadanos fueron espiados con el polémico software de espionaje Pegasus
El primer ministro de Israel, Naftali Bennet, reveló que la policía del país utilizó el programa Pegasus, desarrollado por NSO Group, para espiar a altos cargos públicos, activistas y ciudadanos israelíes, lo cual es “inaceptable en un estado democrático”, dijo el luego de que reventó el escándalo.
Durante los últimos meses periodistas de diversas partes del mundo han revelado que el programa se utilizó para seguir ilegalmente las comunicaciones de periodistas, activistas, políticos de oposición, etc. en diversas partes del mundo, incluyendo México.
Esta publicación, hecha por el medio Calcalist, cayó como una bomba en Israel y generó una serie de declaraciones para reprobar las acciones, de una manera que no se había registrado pese al escándalo de los últimos meses.
“La conmoción del primer ministro Bennett y otros legisladores es más preocupante a la luz del hecho de que el seguimiento de los teléfonos celulares de políticos, activistas y periodistas ha existido durante años en relación con los palestinos dentro y fuera de las fronteras de Israel”, dice una editorial del periódico Haaretz.
El ministro de Seguridad Pública, Omer Barlev, ha confirmado la apertura de la investigación y ha señalado que las evidencias apuntan a “fallos en los anteriores comisarios de la Policía, los anteriores ministros de Seguridad Pública y los anteriores gobiernos”.
Barlev ha prometido que “bajo mi supervisión no ocurrirán este tipo de fallos”. “Me voy a asegurar de que si ha habido cualquier violación de la democracia en años anteriores la denunciaré y no permitiré que se repita”, ha asegurado.
Una vez implementado el programa Pegasus, se puede tomar el control total del teléfono de una persona, acceder a sus mensajes, interceptar llamadas telefónicas y usar el teléfono como un dispositivo de escucha o grabación de imágenes.
El reportaje
El diario revela que Pegasus se usó para robar información personal a docenas de personas, incluso antes de abrirse una investigación judicial, y que fue “la herramienta más útil para recopilar inteligencia” por parte de una unidad especial policial llamada ciber-Sigint, que “penetró los teléfonos de ciudadanos en secreto, en contra de la ley y asumiendo que los jueces no aprobarían tal actividad”.
Se usó para espiar al círculo más íntimo de Netanyahu, incluido su hijo Avner y dos asesores, y contra testigos y acusados en uno de los tres archivos por el que se juzga al exjefe de Gobierno, el caso cuatro mil.
En este, Netanyahu es acusado de haber hecho favores entre 2012 y 2017 al gigante de telefonía israelí Bezeq a cambio de cobertura favorable a él y su mujer en el popular digital de noticias Walla, ambos controlados por el mismo empresario, Shaul Elovitch, también acusado junto a su mujer, Iris.
Esto pone en cuestión el juicio por corrupción contra el exjefe de Gobierno y el resto de acusados, ya que la investigación que derivó en su acusación se habría podido basar en informaciones recabadas de forma irregular. Ante ello, la defensa ha pedido que se pare el proceso judicial hasta esclarecer los hechos.
De hecho, la Policía habría instalado el spyware en los teléfonos de Iris Elovitch y de dos directores ejecutivos de Bezeq; del exdirector de Walla, Ilan Yeshua -testigo del caso cuatro mil- y otros periodistas de ese medio; además de Shlomo Filber y Avi Verguer, ambos exdirectores del Ministerio de Comunicación, viejos colaboradores de Netanyahu y testigos del caso cuatro mil.
Se utilizó asimismo para espiar a alcaldes de localidades como Holón, Mevaseret Zion, Netanya o Kiryat Ata, y a otros altos funcionarios de los ministerios de Transporte, Finanzas y Justicia.
La investigación también revela que Pegasus se usó para espiar a activistas que en los últimos años del mandato de Netanyahu organizaron manifestaciones periódicas para pedir su dimisión, al estar imputado en varios casos de corrupción, pero también a grupos judíos etíopes que protestaban por abusos policiales.
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La Policía recopiló “la ubicación de las protestas, el plan para las movilizaciones, cuántas personas asistirían y qué cruces podrían estar bloqueados”, con “un plan operativo” para cada una de las manifestaciones, tratadas como “amenazas reales”, según Calcalist.
Ante las alegaciones, el ministro de Seguridad Pública, Omar Bar Lev, anunció que formará una comisión de investigación gubernamental para esclarecer las actuaciones de la Policía, después de que la Fiscalía General y el Controlador del Estado ya abrieran sendas investigaciones al respecto semanas atrás.
El presidente israelí, Isaac Herzog, instó también hoy a llevar a cabo una pesquisa “exhaustiva y profunda” sobre el asunto.
La Policía israelí, que inicialmente negó el uso indebio de Pegasus para espiar los teléfonos de ciudadanos israelíes sin orden judicial, admitió la semana pasada que encontró ciertas evidencias sobre un posible uso inapropiado del sistema.
Las alegaciones de hoy suponen también otro golpe a NSO Group, en el ojo del huracán después de que el año pasado se revelara que Pegasus fue usado por gobiernos de todo el mundo, desde Arabia Saudita hasta México, para espiar a activistas, defensores de derechos humanos o jefes de Estado como el francés Emmanuel Macron.
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CAB