Legitimidad me parece la palabra clave de alguien que aspire a sacar a México de la postración y la violencia. Según Miguel de la Madrid, existen dos tipos de legitimidad. La de origen y la de gestión. La de origen es aquella que se obtiene en las urnas. Es decir por el voto de los electores. En la medida en que la elección es más holgada hacia un candidato, esta legitimidad crece y además se extiende en el tiempo. Por eso resulta importante la propuesta de Manlio Fabio Beltrones al respecto de una segunda vuelta, pues quien gobierne México en un momento determinado, tendría por lo menos el apoyo de la mitad de la población. Uno de los graves problemas de la democracia de este país, es que los últimos presidentes de la alternancia, Fox, Calderón y Peña han llegado al poder en el caso de Fox con un 42% de los votos de un padrón en el que votaron el 64 por ciento de sus integrantes. Calderón llega con un 35.6 por ciento de un total del 58 por ciento de los votantes y con un contendiente que obtiene el 35.5, lo cual mina su legitimidad de origen de forma dramática. En el caso de Peña se sienta en la silla envenenada con el 38% del voto de un padrón en que participan 63% de los electores registrados. Lo anterior demuestra que hasta en el caso de Fox, que convirtió su legitimidad de origen en una tragedia de destino, los gobernantes necesitan de ese bono electoral, de esa luna de miel para tomar desiciones difíciles, y no por el contrario tomar desiciones complejas para ganarse la aprobación de los mexicanos.
Sin duda puede ser una maniobra para tratar de bajar a Andrés Manuel Lopez Obrador, de una ventaja que en estos momentos le otorgan las encuestas y parece inalcanzable. Pero creo que Andrés debería de ver lo anterior como una ayuda inigualable, siempre y cuando la segunda vuelta venga acompañada de un gobierno de coalición. Por que también debe de saber cómo viejo animal político que en caso de ganar, no ganará todo y en el congreso no tendrá margen de maniobra ni para abrir una ventana.
¿Qué le parecería a usted querido lector, si por primera vez en la historia moderna de este país las fuerzas políticas, de cualquier geografía se alinearán en favor de México? ¿Qué reconocieran quien tiene la mayoría, y si es AMLO, darle la oportunidad a otro proyecto de que lleve las riendas del país? Lo mismo digo si en ese caso fuera Miguel Ángel Mancera, Margarita Zavala, Ricardo Anaya, Miguel Ángel Osorio Chong, Luis Videgaray o el nombre que se les de la gana. Pero arropar a una persona para lograr el gran cambio. Este gobierno de coalición de alguna forma dejaría tranquilos a aquellos que piensan que Lopez Obrador va a “Madurizar” a México o permitir a otras fuerzas políticas y al mismo Andrés vigilarle las manos a los panistas o priístas, o que la experiencia de todos aportaran en el desarrollo de gobierno del PRD o que todos los anteriores se decantaran por un independiente como Ríos Peter. No estoy proponiendo un candidato. Y a este punto las mentadas de madre, de detractores o aduladores de los candidatos me dan exactamente igual, al fin la autora de mis días no se entera.
Lo que propongo casi ruego en nombre de todos los ciudadanos es que por primera vez en años, dejen la mezquindad, que destierren los intereses personales de partido y tengamos una elección tersa y animada, no una pelea en excremento, que para cómo van las cosas no espero que pueda terminar bien.
Lo anterior tiene que pasar sin duda por un pacto de reconstrucción nacional, de restablecimiento de la cohesión social, en donde no exista perdones impresentables, en donde la ley se aplique a quien sea del nuevo y anterior gobierno. Solo al amparo de la ley podemos seguir conviviendo. De verdad y se los digo con sinceridad, cual es la necesidad de hacer pactos y alianzas ignominiosas, con la maestra antes enemiga y ahora cercano botín, evítense la vergüenza de explicar cómo se puede hacer una alianza real y no sólo para llegar a un puesto entre el PAN y el PRD, evítense seguir exhibiendo a sus partidos mascota que les aportan algunos enteros de porcentaje. Pacten con México, con sus ciudadanos, con los que estamos hasta el gorro de ser ignorados y asaltados. De no tener futuro, de ser asesinados por informar o por subirse a un camión. Pacten con esta tierra hermosa y que tiene todas las capacidades para dar el paso de superar la dependencia del vecino y los twitters de su presidente. Que está herido por la violencia, por la corrupción.
Este país no es Venezuela y no veo a nadie tan estúpido como Maduro, por más que los detractores se empeñen en ello. Lo que si veo es desesperanza, veo tristeza, lágrimas y dolor innecesario.
Señores políticos de todas las fuerzas que integran nuestro horizonte, si se van a pelar, si se van a aventar porquería durante meses, no les auguro que pueda existir país cuando se limpien la cara. México no aguanta más. Los mexicanos no aguantamos más. Tienen la oportunidad de demostrarnos que de verdad les importa, este país, sin logotipos y sin intereses. Creo que soy muy ingenuo, aquí aplica el cuento de Monterroso: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.” Un lugar común, sin duda. Pero el peligro de este país, de que se nos deshaga entre las manos, no lo es.