Sara Gómez, de 39 años de edad, se realizó una lipoescultura, pero terminó en coma luego de que sus órganos vitales fueran perforados durante el procedimiento.
Sara, quien era madre y tenía su propia empresa como agente inmobiliaria, ya se había sometido a algunas cirugías estéticas con anterioridad, pues le gustaba cuidarse y verse bien.
Ezequiel Nicolás, expareja de la víctima, narró que en 2019 la mujer se realizó una abdominoplastía y que el médico le recomendó no hacer la lipoescultura, sin embargo, cuando contactó al cirujano de nacionalidad chilena, identificado como “Alejandro”, éste le aseguró que se trataba de una operación sencilla y que la recuperación solo le tomaría unos días.
¿Qué fue lo que sucedió con Sara Gómez?
El 2 de diciembre de 2021, la mujer, quien se encontraba en buen estado de salud, de acuerdo con su familia, ingresó en una clínica privada de Cartagena, Murcia, para someterse a una lipoescultura, un procedimiento en el que se extrae grasa mediante una cánula y después de transfiere a otras partes del cuerpo para remodelar la figura. Esta cirugía le costó 5,700 euros (unos 131,000 pesos mexicanos) y la vida.
La operación duró cinco horas, y aunque se había encontrado algo inestable, el cirujano le dijo a la familia de la paciente que todo había salido bien.
Horas más tarde, Sara Gómez fue trasladada a un hospital en un estado grave. Ahí estuvo en la unidad de cuidados intensivos, es decir, en coma, durante un mes, pues falleció el 1 de enero de 2022.
El parte médico del hospital en el que murió Sara, se detalla que la mujer tenía lesiones como “necrosis de la pared abdominal, peritonitis, absceso con contenido intestinal, disección de todo el retroperitoneo derecho e izquierdo con exposición de ambos músculos psoasiliacos, gran edematización y congestión gastrointestinal con múltiples perforaciones”.
Básicamente, le fueron perforados sus órganos, lo que ocasionó que no se pudiera hacer algo por ella y perdiera la vida.
A pesar de que el cirujano señaló que todo el procedimiento se había realizado sin complicaciones, 12 días después de la cirugía, el anestesista compareció ante la Consejería de Salud de la región de Murcia y aseguró que advirtió al médico de que la paciente sufría episodios de hipotensión, además de que el líquido que le estaban extrayendo tenía un color rojizo, cuando tendría que ser amarillento, al tratarse de grasa.
La familia de Sara Gómez interpuso una denuncia en contra del cirujano, a quien se le prohibió salir de España, pero no se le ha inhabilitado para seguir operando.
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EDFM