Tras el accidente en Brasil, en el que al menos ocho personas murieron y otras dos desaparecieron, los bomberos reanudaron la búsqueda
Los bomberos brasileños retomaron este domingo la búsqueda de dos personas desaparecidas tras el derrumbe de un despeñadero en un lago del interior de Minas Gerais (sudeste) en Brasil, el cual dejó al menos ocho turistas muertos.
«Nuestro equipo de búsqueda ubicó otro cuerpo, que estaba sumergido», dijo Rodrigo Castro, integrante del cuerpo de Bomberos de Minas Gerais.
«En este momento tenemos ocho muertos confirmados y nos falta ubicar a dos víctimas que permanecen desaparecidas», añadió.
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¿Cómo y cuándo ocurrieron los hechos?
El sábado a mediodía, un gran fragmento rocoso se desprendió de un barranco y cayó sobre cuatro lanchas que paseaban por una región turística de Minas Gerais.
En dramáticos videos compartidos en las redes sociales se puede ver el momento exacto en que el macizo se desprende y cae sobre las embarcaciones. El pánico entre los demás turistas fue inmediato.
Otro de los registros muestra el minuto previo al derrumbe, en el que varias personas advierten que «están cayendo muchas piedras». Mientras eso ocurre, los ocupantes de las otras lanchas piden a gritos que se alejen del paredón.
El presidente Jair Bolsonaro compartió algunos de estos videos en sus redes sociales y calificó el accidente como un «desastre lamentable».
Los muertos y desaparecidos viajaban en la embarcación que sufrió el mayor impacto bajo la roca, según los bomberos.
Más de 30 personas resultaron heridas, nueve de las cuales necesitaron hospitalización.
Las causas del derrumbe todavía están siendo investigadas. Sin embargo, las intensas lluvias que han caído los últimos días en el sudeste de Brasil favorecieron el desprendimiento, según los bomberos.
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Medidas preventivas para el futuro
La región de Capitolio, a 300 km de la capital Belo Horizonte, atrae a numerosos turistas brasileños con sus paredones de rocas y cascadas. Éstas rodean las verdes aguas del lago Furnas, formado por la represa hidroeléctrica con el mismo nombre.
«La naturaleza peculiar de ese lugar, todo el atractivo turístico que proporciona el paisaje, con el embalse que forma el lago, las cascadas y saltos de agua, es creada por la erosión del relieve, un proceso natural y constante», explicó a la AFP el geógrafo Eduardo Bulhoes, de la Universidad Federal Fluminense (UFF).
A esa erosión natural se suman las lluvias intensas, que tornan más probables los desprendimientos como el ocurrido el sábado, llamados «movimientos de masa».
«Diciembre y enero son los meses con más lluvia en Capitolio y, consecuentemente, los meses con mayor potencial de movimientos de masa», afirmó Bulhoes.
Para evitar nuevos accidentes, sería recomendable «limitar el área recreativa y alejar los paseos de los paredones y saltos de agua» en la temporada de mayor riesgo, concluyó el especialista.
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