Un joven que portaba un artefacto casero se hizo estallar en la entrada de una escuela ortodoxa porque, al parecer, “quería suicidarse”
Al menos once personas, entre ellas diez de ellas menores, resultaron heridas hoy a consecuencia de un atentado con un artefacto explosivo en una escuela religiosa en la ciudad rusa de Sérpujov, ubicada casi cien kilómetros al sur de Moscú.
El ataque tuvo lugar en una escuela ortodoxa situada junto al convento Vvedensky Vladychny, del siglo XIV, en la localidad de Serpujov, a unos 100 kilómetros al sur de la capital rusa, informó el Ministerio del Interior de la región de Moscú en un comunicado.
“Resultó herido el terrorista de 18 años y diez niños. Uno de los niños rehúso ser hospitalizado. Los demás fueron ingresados (…). Se encuentra fuera de peligro”, declaró la Defensora del Niño de la región de Moscú, Xeni Mishónova, a la agencia Interfax.
La explosión ocurrió a la hora de las oraciones matutinas, luego de que el atacante llegó al colegio y activó el artefacto explosivo, que le arrancó una pierna.
Aunque en un principio el atacante fue dado por muerto, posteriormente una fuente afirmó a la agencia rusa TASS que sigue vivo y “fue hospitalizado en un estado extremadamente grave”.
Una representante de la comisión de investigación, Olga Vradii, dijo que el sospechoso, herido en la explosión, “está en cuidados intensivos” y por tanto “los investigadores no han podido trabajar con él”.
Los médicos tardaron en atenderlo debido al peligro de que tuviese consigo otros artefactos explosivos, por lo que solo accedieron a él tras la llegada de los zapadores.
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Además de la bomba, el atacante trajo al lugar de los hechos un arma blanca parecida a un machete.
Según una fuente citada por el portal Meduza, el ataque se debió “al odio que sentía el atacante a los maestros de la escuela y las monjas en base a problemas personales”, ya que, según la misma fuente, fue objeto de acoso moral cuando era escolar.
“Sentí olor a quemado y el profesor del colegio dijo que había habido una explosión (…). Muchos niños lloraron”, relató uno de los alumnos, Denis Riabov, al salir de la escuela acompañado de su madre.
El Comité de Instrucción de Rusia inició las investigaciones tras abrir dos causas penales por intento de asesinato y posesión ilegal de artefactos explosivos, según informó la entidad en su página web.
“En el lugar de los hechos trabaja un grupo de criminalistas integrado por los agentes con más experiencia de la región de Moscú”, añadió el Comité de Instrucción.
Según la agencia Tass, que cita fuentes policiales, el autor del atentado planeaba activar “su artefacto explosivo casero durante las oraciones de la mañana en la escuela, pero se hizo estallar en la entrada”.
Se desconocen los motivos del exalumno del centro, donde estudian menores de entre 7 y 16 años desde 2001.
“La Iglesia, incluso en las escuelas, tiene que tratar con adolescentes que no son fáciles, cuyas vidas han sido devastadas. Y seguiremos trabajando con todos los niños”, comentó el portavoz de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Vladimir Legoyda, expresando también su “dolor”.
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CAB