El bloque se reunió después de que la presidenta de la Comisión Europea, les pidiera paralizar los vuelos hacia países del sur del continente
los países de la Unión Europea (UE) acordaron suspender los vuelos a siete países del sur de África debido a la nueva variante de COVID-19 descubierta en Sudáfrica, informaron a EFE fuentes europeas.
Se trata de Sudáfrica, Lesotho, Botswana, Zimbabwe, Mozambique, Namibia y Eswatini, precisaron las fuentes.
Además, los Veintisiete acordaron que los residentes europeos que provengan de esos países y que sí tienen derecho a entrar en la UE se sometan a test y un periodo de cuarentena, según informó la presidencia eslovena de la UE.
Los países del bloque se reunieron después de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, les pidiera paralizar todos los vuelos hacia países del sur de ese continente, afectados por la nueva variante Omicrón.
Von der Leyen hizo esa petición en una declaración sin preguntas en la que recordó que los contratos que la Unión Europea ha firmado con los fabricantes de vacunas exigen de estos que adapten “inmediatamente” sus fármacos a nuevas variantes conforme estas emergen.
“Tomamos muy en serio las noticias sobre la nueva variante altamente mutada de COVID-19. Sabemos que las mutaciones podrían llevar a la emergencia de variantes más preocupantes del virus, que podrían expandirse en todo el mundo en unos meses. Es importante que todos en Europa actuemos rápidamente, decididamente y unidos”, dijo.
“Todos los viajes aéreos a estos países (afectados) deberían ser suspendidos hasta que entendamos claramente el peligro que plantea esta nueva variante y los viajeros que regresen de estas regiones deberían respetar estrictas reglas de cuarentena“, apuntó además la presidenta alemana
Por su parte, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) consideró “prematuro” prever si se necesitará adaptar las vacunas de COVID-19 “con una composición diferente” para hacer frente a la nueva variante emergente de coronavirus, y subrayó que la actual información sobre el funcionamiento de esta cepa es “insuficiente”.
Sudáfrica confirmó la detección de esta nueva variante de COVID-19, identificada como B.1.1.529, que posee múltiples mutaciones y que ha despertado “preocupación” entre los especialistas, aunque su impacto aún tiene que ser estudiado.
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En tanto, el ministro de Salud de Sudáfrica, Joe Phaahla, recalcó que ve “injustificada”, “contraproducente” y “draconiana” la reacción aplicada al sur de África en forma de restricciones tras la detección de la nueva variante de COVID-19 (B.1.1.529), dada la escasa información científica aún disponible.
En rueda de prensa virtual, Phaahla afirmó que, aunque el miedo y la preocupación son “esperables” en esta clase de situaciones, “parte de la reacción es injustificada”.
“Y me refiero aquí específicamente a la reacción de los países en Europa, Reino Unido y de varios otros países”, subrayó, en referencia a las naciones que ya anunciaron restricciones.
“Sentimos que es el enfoque incorrecto, en la dirección equivocada, y que va contra las normas aconsejadas por la OMS (Organización Mundial de la Salud). Creemos que los líderes de algunos países están encontrando chivos expiatorios para lidiar con lo que es un problema mundial”, agregó.
El ministro argumentó su opinión en el hecho de que, dado que la investigación se encuentra en una fase muy preliminar porque la detección se anunció de forma temprana esta semana, no hay pruebas científicas concretas de que la nueva variante sea más severa o transmisible (aunque sí hay indicios de que podría ser más contagiosa por el incremento de casos en Sudáfrica en los últimos días).
“No hay indicación ni sugerencia en este momento de que la enfermedad grave con esta variante particular no vaya a ser prevenida por las vacunas”, añadió.
En este sentido consideró la oleada de prohibiciones de viaje y de restricciones internacionales es una respuesta “instintiva” y “draconiana” y apuntó que es “irónico” que Sudáfrica, cuya cifra de nuevos contagios este jueves se situó en 2 mil 465, sea objeto de restricciones por parte de países que están registrando a diario 40 mil o incluso 50 mil casos diarios.
“Debemos trabajar juntos en vez de castigarnos unos a otros”, sentenció.
Además, Phaala apuntó que, de hecho, no es “imposible” que la variante tenga realmente su origen en algún otro país que enfrenta la pandemia de manera “más liberal” a nivel interno y recordó que el caso de esta variante detectado en Bélgica (una mujer que había viajado a Egipto vía Turquía) no tiene vínculos conocidos con el sur de África.
Por su parte, el profesor Tulio de Oliveira, uno de los especialistas líderes en vigilancia genómica en Sudáfrica, advirtió también que las reacciones drásticas pueden disuadir a otros países a compartir su información de forma temprana por temor.
El descubrimiento de esta nueva variante, identificada como B.1.1.529 y bautizada Omicrón por la OMS, fue anunciado por científicos y autoridades sanitarias de Sudáfrica, a partir de muestras tomadas a mediados de noviembre.
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CAB