Este viernes, 12 de mayo, se celebra el Día Mundial de la Fibromialgia y del Síndrome de la Fatiga Crónica, efeméride instituida en el año 1993 con el objetivo de informar y sensibilizar a la población sobre estos síndromes de sensibilidad central, así como de la realidad y necesidades de los afectados y sus familias.
La fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica son dos enfermedades limitantes que provocan dolor y un cansancio inexplicable, que no desaparece, aunque se descanse.
Mientras en el mundo afecta a un estimado de entre 3 y 4 por ciento de la población mundial, en México hay datos que indican que casi tres millones de personas lo presentan; siendo principalmente las mujeres las afectadas, aunque algunos especialistas indican que pudiera haber una cifra negra, derivada de la falta de costumbre en los hombres por acudir al médico.
Si bien son afecciones distintas, presentan síntomas similares asociados a alteraciones en el sistema nervioso por un incorrecto funcionamiento de los neurotransmisores que ocasionan dolor crónico generalizado, fatiga, alteraciones en el sueño y dificultades para concentrarse o de memoria (lentitud mental).
Datos oficiales de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, arrojaron que, en el 2014, sus hospitales atendieron por Fibromialgia a 278 personas, de las cuales 260 corresponden a mujeres; la mayor parte de las personas con este padecimiento oscilaron entre los 30 y 49 años de edad.
Así, durante el mismo periodo, cuatro personas, tres mujeres y un hombre asistieron a consulta por Síndrome de Fatiga Crónica.
Reconocida como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya en el año 1992, la fibromialgia es un síndrome clínico de origen desconocido que conlleva una disminución significativa de la calidad de vida de los afectados, estimándose que gastan entre 42 y 64 por ciento de sus ingresos en asistencia médica.
En el caso de la Fibromialgia, es una enfermedad reumática crónica que no se detecta mediante radiografía o análisis, y afectados no presentan signos visibles, pese a cursar prologados periodos con dolor intenso en todo el cuerpo y sensibilidad en articulaciones, músculos, tendones y otros tejidos blandos, así como agotamiento.
Mientras que el Síndrome de Fatiga Crónica, es un trastorno caracterizado por una falta de fuerza, cansancio o fatiga acentuada que se prolonga en el tiempo y que interfiere en las actividades cotidianas de la persona.
Tanto la Fibromialgia como el Síndrome de Fatiga Crónica pueden coexistir en una persona, incluso el Síndrome de Fatiga Crónica suele ser la primera fase de la Fibromialgia, seguida de una serie de síntomas que, debido al desconocimiento de los médicos y de la población en general, los pacientes inician un largo peregrinar por especialistas antes de que se les dé un diagnóstico adecuado.