La NASA confirmó que los tripulantes comieron los tacos con chile cosechados por el astronauta Mark T. Vande Hei
Los miembros de la tripulación a bordo de la Estación Espacial Internacional cultivaron y comieron chiles verdes y rojos como parte del estudio Plant Habitat-04, que busca comprender las interacciones planta-microbio en el espacio, así como evaluar el sabor, textura y nutrición de los alimentos cultivados en el espacio.
El pasado viernes, la astronauta Megan McArthur sorprendió a sus compañeros con unos tacos “voladores” en tortillas de harina, con los chiles cultivados, fajitas de res, jitomates y alcachofas rehidratadas.
El astronauta de la NASA Mark Vande Hei lideró el cultivo de los chiles, que crecieron en un sofisticado laboratorio conocido como Hábitat de Plantas Avanzadas (APH, por sus siglas en inglés), que se encuentra a bordo de la estación y recrea las condiciones propicias para su germinación.
Las semillas de chile se colocaron en el APH el pasado 12 de julio y el cultivo se realizó la semana del 25 al 31 de octubre.
El equipo del Centro Espacial Kennedy de la NASA desinfectó y plantó 48 semillas de chiles en el dispositivo, que contiene arcilla horneada para que crezcan las raíces y un fertilizante de liberación controlada especialmente formulado para chiles.
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La NASA informó en un comunicado que los estudios sobre el desarrollo de frutas y verduras en microgravedad son limitados, pero para la agencia es importante superar los desafíos que supone esta actividad.
Los chiles contienen varios nutrientes clave y son una excelente fuente de vitamina C, por lo que en misiones de larga duración pueden ser útiles para complementar las dietas de los astronautas.
Las plantas de chile son robustas y tienen buenas posibilidades de crecer con éxito en la microgravedad. Los chiles se autopolinizan, lo que hace que sean más fáciles de cultivar, ya que solo se requiere de agitar las plantas. Son fáciles de manipular en microgravedad y no requieren de cocción ni de un procesamiento complejo.
Además, tienen bajos niveles de microbios, por lo que son seguros para su consumo en el espacio. Si bien se tardaron más en crecer que cultivos anteriores de la NASA, crecieron bien durante los tres meses y medio del proceso.
Los investigadores pasaron dos años evaluando más de dos docenas de variedades de chiles de todo el mundo y seleccionaron los de la familia Hatch, oriundos del valle del mismo nombre en Nuevo México, concretamente el NuMex, una variedad híbrida desarrollada por la Universidad Estatal de Nuevo México, que nació de la combinación del chile ‘Hatch Sandía’ y el tradicional chile ‘Española’ del norte del estado.
La NASA aclaró que los chiles cultivados en el espacio no pueden contar con la denominación de origen del Valle de Hatch. La variedad está clasificada como de picor suave, con una calificación de 2 mil a 4 mil unidades Scoville.
El laboratorio APH llegó a la Estación Espacial a bordo de la 23ª misión de reabastecimiento de carga de SpaceX. Tiene aproximadamente el tamaño de un horno de microondas grande y cuenta con más de 180 sensores y controles para monitorear el crecimiento de las plantas y el medio ambiente.
El astronauta de la NASA Shane Kimbrough instaló el dispositivo y agregó agua para comenzar el experimento el 12 de julio.
Un equipo en la Tierra monitoreó permanentemente el crecimiento de los chiles, controlando el riego, la iluminación y otras condiciones ambientales.
Tras la autopolinización, algunas flores comenzaron a formar chiles entre 24 y 48 horas después. Para asegurar este proceso, los ventiladores del APH crearon una suave brisa que agitó las flores y fomentó la transferencia de polen. Algunas tuvieron que ser agitadas por la tripulación. En noviembre se realizará una segunda cosecha de chiles.
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CAB