De la lista de Forbes a la lista de Pandora Papers: 14 multimillonarios de México y sus familias aparecen en la nueva filtración de documentos sobre paraísos fiscales
Una filtración con alrededor de 11.9 millones de documentos revela que miles de políticos, funcionarios y millonarios recurren a “empresas de papel”, fideicomisos opacos y maniobras financieras para trasladar sus fortunas a jurisdicciones en paraísos fiscales para así evadir a las autoridades, reveló este domingo el diario El País.
Dentro de los documentos filtrados en los denominados “Pandora Papers” se encuentran los nombres de 3 mil mexicanos, entre los que destacan Julio Scherer, exconsejero jurídico de la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador y Jorge Arganis Díaz Leal, secretario de Comunicaciones y Transportes.
Aparecen también el senador Armando Guadiana, y Julia Abdala, pareja de Manuel Bartlett, titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), así como aliados del expresidente Enrique Peña Nieto y multimillonarios como Germán Larrea y María Asunción Aramburuzabala.
Julio Scherer Ibarra era en 2017 el único propietario de una compañía radicada en las Islas Vírgenes Británicas bajo el nombre de 3202 Turn Ltd, indica la publicación del medio español.
“La entidad, según el registro del despacho financiero Trident, tenía activos valorados en dos millones de dólares procedentes de su trabajo como abogado privado. Las acciones de la sociedad las había recibido en 2011 de manos de una familia de empresarios de México que estaban entre sus principales clientes”, se lee en el artículo.
“De acuerdo a los documentos a los que ha tenido acceso esta investigación (registros de accionistas, actas constitutivas, bases de datos, entre otros) esa compañía offshore posee el 100% de las acciones de una empresa de responsabilidad limitada en Florida, un tipo de estructura financiera conocida como LLC”, indica.
En los Pandora Papers, la mayor filtración de documentos financieros confidenciales que se haya publicado hasta la fecha, 25 mexicanos de los miles que figuran en los registros movieron alrededor de 1,270 millones de dólares a jurisdicciones offshore.
La filtración detalla cómo algunas de las familias más acaudaladas de México han llevado su patrimonio a paraísos fiscales, ya sea para proteger sus fortunas y traspasar herencias, adquirir embarcaciones y aviones, mantener sus casas de verano o para comprar acciones y seguros de vida, gestionar inversiones, abrir cuentas bancarias o pagar menos impuestos.
os integrantes de la élite económica mexicana tienen puntos en común: muchos heredaron sus fortunas y grupos empresariales, se han beneficiado de monopolios creados de la mano del poder político y de las privatizaciones llevadas a cabo durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y gobiernos anteriores del actual les han obsequiado multimillonarias condonaciones fiscales.
Al menos 14 multimillonarios mexicanos de la lista de Forbes tienen alguna conexión, ya sea directamente o a través de familiares, con los despachos dedicados a crear empresas offshore en lugares como Panamá, las Islas Vírgenes Británicas, Nueva Zelanda, Escocia o Delaware, donde la identidad de los propietarios reales permanece oculta.
Los negocios y fortunas ubicadas en los paraísos fiscales más secretos del planeta tienen nombre y apellido: María Asunción Aramburuzabala, Fernando Chico Pardo, Alberto Baillères, Germán Larrea, familiares de Salinas Pliego, Leopoldo Espinosa Abdala, los herederos Azcárraga, la nieta del fundador de Arca Continental.
Entre ellos destacan Germán Larrea Mota Velasco, Alberto Baillères González, María Asunción Aramburuzabala Larraguí, Francisco Javier Robinson Bours, Jaime Chico Pardo, Leopoldo Espinosa Abdalá, Antonio Madero Bracho y otros integrantes de familias mexicanas multimillonarias registradas en la revista Forbes.
También existen estructuras de familiares de Carlos Slim Helú –de su sobrino político, Alejandro Aboumrad González–, Ricardo Salinas Pliego –desde su abuelo, Hugo Salinas Rocha–, un hijo del banquero Antonio del Valle Ruiz, otro de Roberto González Barrera (Gruma), el hermano de Carlos González Zabalegui (La Comer), nietos del banquero Manuel Espinosa Yglesias o primos de Emilio Azcárraga Jean (Televisa).
Según los registros, todos ellos contrataron los servicios de ejecutivos bancarios, intermediarios y firmas legales, atraídos por las capas y barreras de protección que ofrecen las empresas de papel y los fideicomisos opacos para trasladar sus fortunas a jurisdicciones offshore.
Esto sale a la luz a partir de una filtración de 11.9 millones de archivos que obtuvo el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y que recoge el trabajo de 14 despachos financieros offshore. Esta masa de información ha sido revisada y contrastada por un equipo de 600 periodistas de 150 medios en el que participó Quinto Elemento Lab, junto con The Washington Post, El País, Proceso, The Guardian, la BBC, Univision y numerosos medios locales.
Durante cerca de un año el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) coordinó la investigación. Ésta movilizó a cerca de 600 periodistas alrededor del mundo, quienes analizaron los millones de correos electrónicos, actas de registros, informes financieros, formularios o folletos de las firmas –principalmente Trident Trust, en las Islas Vírgenes Británicas (BVI); Alemán; Cordero, Galindo & Lee (Alcogal), de Panamá; y Asiaciti, en Singapur– para ofrecer un nuevo vistazo inédito a las entrañas del mundo offshore.
En los #PanamaPapers, #BahamasLeaks o #ParadisePapers, investigaciones periodísticas previamente coordinadas por el ICIJ, Proceso y medios aliados ya habían revelado las estructuras offshore secretas de Ricardo Salinas Pliego, de los hermanos Calderón Rojas (FEMSA), de los Zambrano Alanís (Cemex), Agustín Franco Macías (Infra) o Eugenio Coppel Luken (Coppel).
En otras palabras: todos, o prácticamente todos, los multimillonarios del país han sido clientes de la industria offshore y usuarios de su amplia gama de servicios, que van desde estructuras de “optimización fiscal” –para pagar menos o ningún impuesto–, para controlar bienes en el extranjero o para eliminar sus huellas de ciertas operaciones.
De hecho, más de 130 multimillonarios de Forbes fueron detectados entre los archivos que dieron pie a la investigación #PandoraPapers, cuyas fortunas acumuladas sumaron más de 630 mil millones de dólares en 2021. Estos ultrarricos, vinculados a estructuras offshore, provienen del planeta entero, sea de Rusia, Estados Unidos, Brasil o el Reino Unido.
Aunque tener una sociedad offshore no es un delito, a menudo los paraísos fiscales ayudan a políticos, empresarios o incluso a criminales a mantener sus actividades fuera del radar de las autoridades hacendarias y de las agencias reguladoras.
En México, uno de los países más desiguales del planeta, donde ocho de cada 10 personas padecen por lo menos una carencia social y donde 40% de la población tiene un ingreso inferior a la canasta alimentaria, los multimillonarios presiden grupos que se han beneficiado de la mayor parte de los más de 400 mil millones de pesos de impuestos condonados por el SAT durante los sexenios de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.
Según la organización Fundar, sólo 108 contribuyentes acapararon la mitad de estas condonaciones, mientras el resto se repartió entre otras 153 mil personas físicas y morales.
Las estrategias offshore abundan para acumular riquezas sin pagar impuestos, lejos de la vista de las autoridades: un trust en Nueva Zelanda, operada por directores de papel y con una cuenta bancaria en Suiza, presta dinero a una sociedad de papel en las Islas Vírgenes Británicas, que termina canalizando el dinero a una sociedad de papel de Delaware o en Singapur, que a su vez son las dueñas legales de yates, mansiones en Nueva York, Miami o Vail, jets privados o cuentas de inversión.
Diseñar y concretar estos esquemas tiene un precio: algunos despachos de fiscalistas para ultrarricos facturan hasta en 200 dólares una llamada telefónica y cualquier trámite en registros públicos de jurisdicciones offshore rebasa rápidamente los mil dólares. Al parecer, estos costos son irrisorios en comparación con los beneficios económicos y la secrecía que ofrece la industria.
La filtración de los Pandora Papers ofrece un panorama de cómo el dinero oscuro fluye en el sistema financiero global, mermando los recursos que deberían llegar a las arcas públicas de las regiones más desiguales del mundo. Una de las consecuencias de las maniobras offshore es que se recolecten menos impuestos en naciones como México, donde históricamente los más ricos han sido favorecidos con condonaciones y privilegios fiscales que no están al alcance de un ciudadano común.
Las autoridades fiscales mexicanas calculan que grandes contribuyentes evaden y eluden impuestos por unos 700 mil millones de pesos anualmente, equivalentes al 3 por ciento del Producto Interno Bruto. Estas pérdidas son causadas por planeaciones fiscales agresivas y deducciones indebidas, según el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
A esas planeaciones y deducciones, habrá que añadir el dinero que miles de mexicanos mueven a paraísos fiscales, una práctica que también puede mermar los ingresos tributarios y que no está cuantificada por las autoridades. “En los sistemas institucionales no se encuentra un apartado que permita identificar a los contribuyentes que utilizan entidades offshore”, informó el SAT.
Una revisión de los Pandora Papers descubrió que al menos 3,047 mexicanos o residentes de este país movieron parte de su patrimonio a más de 20 lugares en el mundo que ofrecen tasas impositivas más bajas o nulas, a través de la creación de 1,913 empresas, fundaciones y fideicomisos difíciles de rastrear.
Las Islas Vírgenes Británicas fueron el destino predilecto de los mexicanos en la filtración. Una solicitud de información a la Fiscalía General de la República da cuenta que desde 2010 solo se ha atendido una petición de colaboración e intercambio de información judicial entre el archipiélago y las autoridades mexicanas, dos siguen en trámite desde 2018.
Por muchos años el sistema offshore estuvo concentrado en un grupo de islas lejanas y dispersas, cubiertas de palmeras. La revisión realizada a los Pandora Papers encontró que la maquinaria del dinero offshore ahora opera en todos los rincones del mundo. Pero también, que en la última década Dakota del Sur, Nevada y más de una docena de otros estados de la Unión Americana se han transformado en líderes de la industria del secreto financiero.
Al tiempo que las naciones más poderosas han mantenido su atención, y la de sus autoridades, en los paraísos fiscales “tradicionales”, como las Bahamas, las Islas Caimán y otras islas paradisíacas, Estados Unidos se convirtió uno de los actores más pesados en el mundo offshore.
De acuerdo con la investigación internacional de ICIJ, Estados Unidos se negó en 2014 a sumarse a un acuerdo apoyado por más de 100 jurisdicciones –incluyendo Islas Caimán y Luxemburgo—que hubiera obligado a las instituciones financieras estadounidenses a compartir la información que tienen sobre los bienes de personas del extranjero.
Para los mexicanos no pasó desapercibida la secrecía financiera impulsada por Estados Unidos: con base en los documentos de Pandora Papers, los medios aliados mexicanos identificaron que EU se encuentra en el top 10 de las jurisdicciones favoritas de los mexicanos para afincar sus empresas y fideicomisos offshore.
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