España demandó al líder separatista catalán por sedición, luego de que el expresidente ayudara a organizar el referéndum de independencia.
El Tribunal de Apelación de Sassari (Cerdeña, Italia) decidió dejar en libertad al expresidente de Cataluña Carles Puigdemont, que fue detenido este jueves en Alger en virtud de una orden del Tribunal Supremo español, aunque no podrá abandonar la isla.
Según informó su abogado en Italia, Agostinangelo Marras, el juez ha considerado que su arresto ayer en el aeropuerto de Alger se realizó de acuerdo con la ley, pero ha decidido dejarle en libertad sin medidas cautelares, con la única imposición de que no abandone Cerdeña durante unos días hasta que decida sobre su situación.
Puigdemont, que intervino en la vista telemáticamente y sobre el que pesa una la orden europea de detención y entrega cursada por el Tribunal Supremo, abandonará previsiblemente en las próximas horas la prisión de alta seguridad de Sassari en la que se encuentra encarcelado.
La justicia española lo acusa de “sedición” y “desvío de fondos públicos” por su papel en la tentativa de secesión de octubre de 2017.
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En octubre de 2019, se emitió una orden de detención europea contra él, tras la condena a prisión de otros líderes independentistas por los mismos delitos.
Al igual que ellos, Puigdemont fue inicialmente acusado de “rebelión”, pero la orden de detención europea por este delito más grave fue retirada en 2018 tras los reveses a la justicia española en Bélgica y Alemania.
Carles Puigdemont, experiodista de 58 años, era el jefe del gobierno regional catalán que organizó el referéndum de autodeterminación para Cataluña el 1 de octubre de 2017, a pesar de su prohibición por los tribunales.
La votación, que se vio empañada por unas violentas cargas policiales cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo, fue seguida unas semanas después por una declaración unilateral de independencia, una proclamación que nació muerta.
El gobierno central, entonces dirigido por Mariano Rajoy, destituyó inmediatamente a Puigdemont, asumió el gobierno de la región y detuvo a los principales líderes del movimiento. Pero el expresidente regional ya había huido a Bélgica, donde aún reside.
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CAB