Aunque no hay cifras exactas de víctimas de la represión, se sabe que al menos dos personas murieron en los primeros días de protestas
La respuesta violenta de las nuevas autoridades talibanes en Afganistán contra las manifestaciones pacíficas en el país es cada vez mayor, advirtió la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La toma del poder en Afganistán por los talibanes, coronada por la toma de Kabul el 15 de agosto, no ha frenado las manifestaciones de protesta contra ese movimiento armado en el país.
Esta respuesta cada vez más violenta incluye “uso de munición real, porras y látigos”, señaló en rueda de prensa la portavoz de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos Ravina Shamdasani.
La situación podría empeorar después de que este miércoles los talibanes prohibieron toda “reunión no autorizada”, a lo que siguió el corte del servicio de internet en móviles en determinadas áreas de Kabul y la reducción de las protestas, indicó la fuente oficial.
“Mujeres y hombres de Afganistán han salido a la calle en estos momentos de gran incertidumbre para pedir pacíficamente que sus derechos humanos sean respetados, incluido el de las afganas a trabajar, moverse, tener una educación y participar en política”, subrayó Shamdasani
La portavoz de la ONU pidió a los talibanes en nombre de la oficina de la ONU que “detengan inmediatamente el uso de la fuerza” contra estos manifestantes, así como las detenciones arbitrarias.
Aunque no hay cifras exactas de víctimas de la represión contra estas manifestaciones, se sabe que al menos dos personas (una de ellas menor de edad) murieron en los primeros días de protestas, del 15 al 19 de agosto, durante ceremonias de izado de la bandera nacional que concentraron muchedumbres en varias localidades y en las que los talibanes dispararon para intentar dispersarlas.
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Esta semana dos hombres murieron y siete resultaron heridos durante una protesta en la ciudad de Herat el 7 de septiembre, y ese mismo día varios manifestantes fueron golpeados y otros detenidos (al menos 15 periodistas) en una protesta en Kabul, capital de Afganistán.
Ayer, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) alertó en un reporte que Afganistán está al borde de la “pobreza universal” que podría volverse realidad a mediados del próximo año. Actualmente, el país asiático tiene una tasa de pobreza del 72%.
La agencia señaló que el ascenso al poder del grupo Talibán ha puesto en riesgo los 20 años de constantes avances económicos.
El programa describió cuatro escenarios para Afganistán después del ascenso del Talibán que proyectan que el PIB del país se reducirá entre 3.6% y 13.2% en el próximo año fiscal a partir de junio de 2022, dependiendo de la intensidad de la crisis y qué tanto se involucre el resto del mundo con el Talibán.
Los datos son un marcado contraste con el crecimiento previsto del 4% del PIB antes de que el Talibán tomara el poder el 15 de agosto.
“Afganistán básicamente se enfrenta a la pobreza universal para mediados del próximo año”, dijo Kanni Wignaraja, director para Asia-Pacífico del PNUD.
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CAB