Desde el pasado fin de semana, miles de personas empezaron a llegar a la capital federal Brasilia y se concentran este martes en el Congreso Nacional
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, arengó hoy en Brasilia, la capital del país, a decenas de miles de sus partidarios y aseguró que el país empieza a escribir una “nueva historia” con esta jornada de manifestaciones masivas en apoyo al dirigente ultraderechista, quien busca la reelección en el país sudamericano.
Convocados con motivo del Día de la Independencia, los actos se llevaron bajo importantes operativos de seguridad para proteger los edificios públicos y prevenir episodios de violencia principalmente en la capital, Brasilia, y la ciudad más poblada, Sao Paulo.
“A partir de hoy empieza a escribirse una nueva historia en Brasil. Pido a Dios que, más que sabiduría, me dé fuerza y coraje para decidir debidamente. Las decisiones no son fáciles. No elijan el lado de la confrontación. Siempre estaré junto al pueblo brasileño”, dijo el presidente a la multitud
Bolsonaro llamó a sus seguidores a salir masivamente a la calle para expresarle su apoyo en la guerra abierta que mantiene desde hace semanas con algunas instituciones.
El mandatario brasileño, cuyo índice de popularidad cayó al 24 por ciento, quedando como su nivel más bajo desde que llegó al poder en 2019, cargó de nuevo contra los jueces del Supremo Tribunal Federal (STF, máxima corte del país), que abrieron investigaciones contra él y su entorno, entre otros motivos por propagación de falsas informaciones.
“No podemos aceptar más prisiones políticas en nuestro Brasil. O el jefe de ese poder encuadra a los suyos o ese poder puede sufrir aquello que nosotros no queremos”, afirmó el mandatario ante sus seguidores, sin especificar exactamente las supuestas represalias
“No queremos una ruptura. No queremos pelearnos con ningún poder. Pero (…) no podemos permitir que una persona coloque en riesgo nuestra libertad”, expresó, en alusión al juez del tribunal que lleva uno de estos casos
Decenas de miles de personas también se congregaron en la Avenida Paulista, la principal vía de Sao Paulo -la mayor metrópoli del país (sureste)-, donde el presidente prometió dar un discurso “más robusto” por la tarde, así como en la famosa playa de Copacabana, en Rio de Janeiro.
El mandatario sobrevoló en helicóptero, acompañado de algunos ministros, la región donde se concentraban miles de manifestantes en Brasilia, y posteriormente se desplazó en coche por la Explanada de los Ministerios, avenida donde se concentran las sedes de los tres poderes.
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Los participantes, vestidos con camisas y banderas verdes y amarilla sostenían pancartas en las que pedían, entre otros asuntos, la destitución de los magistrados del Supremo e incluso una intervención militar.
El ataque a las instituciones, con las que Bolsonaro se ha enfrentado en los últimos meses, fue de una de las banderas de las manifestaciones, la cuales fueron convocadas por el propio presidente en defensa de la “libertad” y los valores conservadores.
Las manifestación de Brasilia, una de las más multitudinarias, contó con algunos momentos de tensión después de que un grupo de manifestantes intentó traspasar una barrera policial, lo que obligó a los agentes a lanzar bombas de gas lacrimógeno para dispersar el grupo.
Además de Brasilia, Bolsonaro tiene previsto desplazarse esta tarde a Sao Paulo, donde se espera otra de las protestas más multitudinarias.
En la noche del lunes, simpatizantes de Bolsonaro rompieron una barrera policial e irrumpieron en la Explanada de los Ministerios, una avenida que concentra todos los edificios del poder público, entre ellos las sedes del Parlamento y la Corte Suprema, con pedidos de intervención militar, pese a que el tránsito de vehículos fue prohibido.
Entre la multitud, que igualmente vociferaba que iba a “cerrar el Supremo”, se encontraba uno de los hijos del propio mandatario, el diputado federal Eduardo Bolsonaro, según vídeos que circulan en las redes sociales.
Las autoridades admitieron que hubo una “invasión” pero aseguraron que la seguridad fue reforzada para impedir que los manifestantes pudiesen llegar a la sede de la máxima corte del país e informaron de que han cortado el tránsito nuevamente.
Desde el pasado fin de semana, miles de personas empezaron a llegar a la capital federal Brasilia y se concentran este martes en las cercanías del Congreso Nacional.
Entre las pancartas de los manifestantes se puede leer pedidos para la destitución de ministros del Supremo, el cierre de instituciones e incluso para una intervención militar, además de escucharse fuegos artificiales.
Sin embargo, Bolsonaro ha asegurado que los actos de hoy, alentados por él y que tendrán lugar en diversas ciudades de Brasil, son por “la libertad”, pese a que la oposición asegura que buscan propiciar un “golpe” contra las instituciones democráticas.
Las protestas de este martes se producen en medio de las crecientes tensiones políticas y sociales en Brasil, agudizadas ahora por la desconfianza sembrada por Bolsonaro en el sistema electrónico de votación que Brasil adoptó en 1996, que desde entonces no ha sido objeto de una sola denuncia de fraude, pero que según el mandatario propicia las trampas.
Coinciden, además, con la caída en picado de la aprobación del mandatario, que llega hoy a un escaso 25 % de los brasileños, acentuada por la crisis económica y sanitaria que azota el país.
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CAB