Murió a los 75 años la leyenda del futbol alemán, Gerard “Torpedo”, Müeller, considerado el mejor delantero de todos los tiempos.
Alemania llora al “Torpedo” Gerd Müller, el hombre gol del Bayern Múnich y de la selección nacional de los 70, un bombardero goleador de efectividad difícilmente superable, fallecido este domingo a los 75 años.
De “día negro trágico, negro” para el Bayern y su afición calificaba este domingo el presidente del club, Herbert Hainer, al comunicar oficialmente la noticia de su muerte.
Es una de las grandes leyendas de nuestro Bayern. Nadie le ha superado rendimiento y seguirá siendo para la eternidad una página de la historia del Bayern y del fútbol alemán”, apuntó por su parte Oliver Kahn, exinternacional y ahora presidente de la Junta del club bávaro.
En el pedestal del Bayern no faltan precisamente grandes nombres que hayan escrito sus propias páginas de la historia. El exguardameta Kahn es apenas uno de los capítulos, en medio de figuras dominantes -y también controvertidas- como el “kaiser” Franz Beckenbauer, Karl-Heinz Rummenigge o Uli Hoeness.
“Fue el mejor delantero de todos los tiempos. Sin él el Bayern y la selección alemana nunca hubieran alcanzando la carrera de éxitos que han tenido. Toda Baviera llora a este modesto hombre de éxitos”, resumió el primer ministro de Baviera, Markus Söder.
La palabra modestia no encajaría en ninguno de las mencionadas grandes figuras del Bayern, salvo en el “Torpedo”. En Müller se combinaron la sencillez, como persona, con el implacable instinto goleador.
Murió a los 75 años, con una demencia diagnosticada en 2011 y que se hizo pública en 2015 y que le mantuvo apartado de la vida pública en la última etapa de su existencia.
Nacido en 1945 en Nördlingen, en Baviera, ingresó en el Bayern en 1964 y marcó toda una era en ese club, que dejó en 1979. Como internacional de su país fue campeón de Europa en 1972 y del Mundo, dos años después.
A Müller se le asocia con los éxitos del Bayern Múnich y de la selección alemana no solo en los años setenta, sino que con unos récords goleadores que ha detentado prácticamente hasta el final de su vida.
Hasta hace unos pocos meses, seguía siendo el récord absoluto de goles en una temporada liguera (40 tantos, en 1971/1972). El pasado mayo le destronó el actual delantero estrella del Bayern, el polaco Robert Lewandowski, al marcar 41.
Pero para la memoria colectiva de la Bundesliga el “Torpedo” seguirá siendo el goleador por antonomasia de todos los tiempos.
Müller disputó 607 partidos oficiales con el club bávaro y marcó 566 goles para el club. Solo en partidos ligueros logró 365 tantos, lo que redunda en su expediente de máxima efectividad torpedera.
Con la camiseta nacional disputó 62 encuentros y suyo fue el gol que le dio el Mundial a Alemania frente a Holanda, el último que marcó como internacional.
Tras ganar cuatro ligas con el Bayern y cuatro copas alemanas, Müller dejó su club de toda la vida para irse a la liga estadounidense a terminar su carrera en el Fort Lauderdale Striker.
Pasó unos años en Estados Unidos, ya retirado. Fue una etapa algo difusa, la estadounidense, ya que trató de empezar una vida nueva, fuera del fútbol, pero sin encontrar su rumbo. Abrió un restaurante, no funcionó. Combatía la apatía con el alcohol, hasta que finalmente regresó a su país, en 1984.
Tampoco ahí se adaptó a la inactividad futbolística. Jugaba algún partido como veterano, pero no logró apartarse de la botella.
Continúo su lucha contra el alcoholismo en una clínica de Murnau, a 70 kilómetros de Múnich, por consejo de Uli Hoeness y mediación de algunos veteranos del Bayern asimismo retirados. Se integró tras la terapia en los equipos técnicos del Bayern.
Los últimos tiempos, con la demencia diagnosticada, los pasó envuelto en su mundo, sin apenas comer y prácticamente todo el día tumbado en la cama, según relataba su mujer, Uschi Müller, en una entrevista al popular diario “Bild”, cuando cumplió los 75 años, el pasado noviembre.
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