Hace año y medio y bajo el nombre de “Operación Cereza”, se inició la persecusión de Dámaso López Núñez, alias “El Licenciado”, el hombre que buscaba ser el nuevo narcotraficante más poderoso.
A raíz de las investigaciones se supo que a veces llegaba en avión al aeródromo de una escuela de pilotos en Atizapán, Estado de México, desde donde a veces viajaba por carretera o en helicóptero a la zona de Santa Fe, y se desplazaba por la Ciudad de México en un automóvil Suzuki Swift.
Se manejaba con un bajo perfil, no se hacía acompañar por escoltas, tampoco viajaba en grandes camionetas, vehículos de lujo o unidades blindadas. Según se sabe, un chofer lo llevaba y traía por la capital del país y el territorio mexiquense.
Ahora se sabe que en la Ciudad de México tenía -cuando menos- cuatro diferentes domicilios, en Santa Fe, Polanco, el Pedregal y Azcapotzalco, todos rentados, y que quien se los conseguía era su operador financiero, identificado como Víctor Giovanni González Sepúlveda, quien fuera también detenido ayer en uno de esos domicilios.
Con los datos que tenía, la PGR solicitó y obtuvo la madrugada de ayer, 2 de mayo, tres órdenes de cateo para tratar de ubicarlo. Sabían que quien fuera Jefe de Seguridad del penal de Puente Grande y que permitió la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán, podía estar en alguno de los domicilios.
Al momento de su captura, “El Licenciado” fue sacado del baño del departamento en donde se encontraba en la colonia Anzures. Nada hizo por resistirse al arresto.