Con casi 4 mil casos confirmados por millón de habitantes durante la última semana, Cuba tiene más contagios que cualquier otro país del continente americano.
Cuba mantuvo bajas las infecciones por coronavirus el año pasado, promocionando su compromiso de larga data con la salud. Sin embargo por ahora tiene la tasa de infección per cápita más alta de América. La isla planea haber vacunado al 70% de su población para septiembre, una meta que lo convertiría en uno de los primeros países de América en alcanzar la inmunidad colectiva.
El brote, impulsado tras la llegada de la nueva variante Delta, más contagiosa, ha llevado al borde a los hospitales de su epicentro en la occidental provincia de Matanzas. Cabe mencionar que las implicaciones políticas de la crisis epidemiológica son mayores en un país donde la atención médica gratuita se considera uno de los pilares de la legitimidad de su sistema “revolucionario”.
El brote y el posterior confinamiento están hundiendo a una economía ya en bancarrota que depende particularmente de las fronteras abiertas para fomentar el turismo. “El gobierno siempre ha argumentado que uno de los principales logros de la revolución es su sector médico de clase mundial”, dijo Daniel Rodríguez, autor de un libro sobre política médica en La Habana y profesor asistente de historia en la Universidad Brown.
Hasta ahora, unos dos millones de personas, menos de una quinta parte de la población, están completamente inmunizados con las vacunas Abdala y Soberana 02 de tres inyecciones, según las autoridades. El país apunta a haber vacunado al 70% de su población para septiembre, una meta que lo convertiría en uno de los primeros países de América en alcanzar la inmunidad colectiva. Sin embargo, para muchos, la espera sigue siendo larga.
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