La revista Cancer Discovery compartió un artículo que revela dicha correlación entre el consumo de carne roja y daños en el ADN ocasionados por ello.
Un nuevo artículo publicado en la revista Cancer Discovery ha identificado patrones específicos de daño en el ADN desencadenados por dietas ricas en carne roja.
El modo en que se produce la mutación de las células no estaba claro y no todos los expertos estaban convencidos de que existiera una relación fuerte. Tras el estudio, el alimento ahora se sitúa de forma más directa como un carcinógeno y anuncia la posibilidad de detectar el cáncer en una fase temprana y diseñar nuevos tratamientos.
“Cuando decimos que la carne roja es cancerígena y que impacta en la incidencia del cáncer tiene que haber alguna forma plausible por la que lo hace”, dijo a la AFP Marios Giannakis, el oncólogo del Instituto del Cáncer Dana-Farber que dirigió el nuevo estudio.
Según el estudio, los pacientes cuyos tumores presentaban los niveles más altos de daño por alquilación tenían un 47% más de riesgo de muerte específica por cáncer colorrectal en comparación con los pacientes con niveles más bajos de daño.
Los altos niveles de daño por alquilación tumoral sólo se observaron entre los pacientes que comían una media de más de 150 gramos (cinco onzas) al día, lo que equivale aproximadamente a dos o más raciones.
Finalmente Giannakis subrayó que el mensaje resultante no es que la gente deba abstenerse totalmente de la carne roja: “Mi recomendación sería que la clave es la moderación y una dieta equilibrada”.
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