La Corte Suprema de Estados Unidos accedió a examinar el caso después de que dos tribunales inferiores lo declararon inconstitucional
La Corte Suprema de Estados Unidos aceptó el lunes examinar un caso que podría cuestionar el histórico fallo de 1973 que legalizó el aborto en todo el país.
Los nueve jueces de tribunal superior, tres de los cuales fueron designados por el expresidente republicano Donald Trump, considerarán el próximo otoño boreal una ley de Misisipi que prohíbe la mayoría de los abortos a partir de la semana 15 de embarazo.
Será el primer caso de aborto que aborda la máxima instancia judicial estadounidense desde que Trump consolidó una mayoría conservadora en el tribunal durante su gobierno (2017-2021).
La Corte Suprema de Estados Unidos accedió a examinar el caso después de que dos tribunales inferiores lo declararon inconstitucional.
En Estados Unidos, a falta de un marco legislativo, fue la Corte Suprema la que reconoció el derecho de la mujer al aborto en una emblemática decisión de 1973 titulada “Roe vs. Wade”.
Precisó luego que las mujeres pueden abortar mientras el feto aun “no sea viable”, lo que corresponde a unas 22 semanas de embarazo.
El caso es sobre una ley aprobada por el Congreso de Mississippi, de mayoría republicana, que prohíbe al aborto después de la decimoquinta semana de gestación.
Esta norma estatal ha sido bloqueada en cortes de menor instancia que consideran que van en contra del fallo del Tribunal Supremo en el caso “Roe v. Wade”, que legalizó el aborto en el país en 1973.
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Mississippi ya prohíbe este procedimiento después de las 20 semanas de gestación y ha aprobado otras leyes que prácticamente vetarían el aborto una vez que se detecta el latido del corazón del feto, es decir, a partir de la sexta semana.
El caso de Mississippi supondrá la primera ocasión en la que el Tribunal Supremo tendrá que pronunciarse -probablemente en otoño próximo- sobre una ley estatal que restringe el aborto, desde que reforzó su mayoría conservadora en noviembre pasado.
El aborto se convirtió en un tema central en la campaña para las elecciones presidenciales de Estados Unidos de noviembre, a raíz de la muerte de la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg.
La vacante que dejó su fallecimiento en septiembre permitió al entonces presidente, Donald Trump, nominar para reemplazarla a una magistrada conservadora y antiaborto, Amy Coney Barrett, cuya confirmación pocos días antes de las elecciones expandió aún más la mayoría derechista en la corte (6-3).
Los conservadores vieron la confirmación de Barrett como una “victoria histórica” para quienes se oponen al aborto, porque la jueza es contraria a ese derecho garantizado en Estados Unidos desde 1973, aunque ella no quiso aclarar si votaría para socavarlo.
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CAB