En 2020, las remesas sumaron 40 mil 606 millones de dólares según cifras oficiales mexicanas.
Millones de familias mexicanas encontraron un salvavidas en las remesas, que se dispararon a sus máximos históricos, así sucedió con Maria Fernanda cuando la pandemia le arrebató el empleo, pasó a depender de esos recursos que le envía su padre radicado en Estados Unidos.
Al mismo tiempo, la joven de 22 años, quien trabajaba como oficinista, vio la preocupación de su papá de perder él también su trabajo como camionero, tras el cierre de varias actividades.
“Fue una mortificación enorme pensar que un día mi papá me dijera ‘¿sabes qué? Me llamaron a casa, me dijeron que ya no me presentara”, cuenta María Fernanda Camaño en Izúcar de Matamoros, Puebla (centro), uno de los estados mexicanos que más remesas recibe de los migrantes.
“Afortunadamente consideraron el empleo de mi papá como primera necesidad, entonces fue cuando tuvo más trabajo aún”, agrega. Al igual que Camaño, 1.8 millones de hogares reciben remesas de unos 12 millones de mexicanos radicados en el exterior, principalmente en Estados Unidos.
En México las remesas tuvieron un crecimiento sorprendente desde que inició la pandemia. Solo en marzo de 2020, cuando la crisis comenzó a golpear al país y a Estados Unidos, aumentaron 35 por ciento frente al mismo mes de 2019.
El monto promedio por envío también subió hasta 370 dólares mensuales en 2020. Según el banco central Banxico, que reportó que en marzo pasado las remesas tocaron un récord histórico de 4 mil 151 millones de dólares.
Varios factores explican ese aumento global, como “los estímulos económicos de Estados Unidos. Pues los montos directos eran de casi mil 200 dólares por persona”. Indica Juan José Li Ng, economista del banco privado BBVA México.
“Gran parte de eso se transformó en remesas”, asegura. Se suma el efecto que tuvo el cierre de fronteras entre México y Estados Unidos. Varios mexicanos que hacen su vida en ambos lados prefirieron quedarse en territorio estadunidense y enviar el dinero como remesa en lugar de llevarlo directamente. Agregó el especialista.
También ayudó la depreciación del peso mexicano frente al dólar.
“El tipo de cambio llegó a los 24 o 25 pesos, vieron que casi aumentaba en 25 por ciento el valor de lo que enviaban. (…). Sabían que les iba a rendir más a sus familias”, observa.
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