Al ser un objeto muy pesado, de 22 toneladas, podrían generarse fragmentos que no se quemen en su reentrada en la atmósfera
Un cohete espacial utilizado para llevar a su destino algunas de las piezas de la futura Estación Espacial China se encuentra fuera de control en su viaje de vuelta a la Tierra.
Normalmente este tipo de naves se queman al cruzar la atmósfera, en caso de que queden fragmentos enteros, se realizan los cálculos de trayectoria para que caigan en el océano.
Sin embargo, esta vez no se sabe dónde el regreso. Por eso, los científicos están muy atentos y esperan poder dar más datos sobre su destino en las próximas horas.
En tanto, han hecho un llamamiento a la calma, asegurando que lo más probable es que igualmente caiga al mar; esto, debido a que los océanos son los que ocupan la mayor extensión de nuestro planeta.
La incertidumbre por la caiga ha causado temores entre la población, debido al viaje fuera de control de este cohete espacial chino, llamado Long March 5B.
Los científicos que están estudiando el caso creen que, al ser un objeto muy pesado, de 22 toneladas, podrían generarse fragmentos que no se quemen en su reentrada en la atmósfera.
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Si estos aterrizaran en zonas pobladas, podrían causar daños materiales o incluso humanos. Es algo posible, pero extremadamente poco probable.
Aun así, científicos del Escuadrón de Control Espacial número 18 de los Estados Unidos están monitorizando esta reentrada.
De momento, se sabe que vuela a 27.600 kilómetros por hora y que el aterrizaje ocurrirá probablemente entre el 8 y el 12 de mayo.
Según ha relatado a The Guardian Jonathan McDowell, astrofísico en el Centro de Astrofísica de la Universidad de Harvard, la última vez que se lanzó un cohete espacial como este, a su vuelta a la Tierra varias barras de metal ocasionaron daños en edificios de Costa de Marfil.
Según ha explicado también McDowell, una vez que esté claro el día exacto de llegada, los científicos podrán predecir la ubicación con un tiempo de 6 horas, suficiente para realizar evacuaciones si fuese necesario. Podemos estar tranquilos.
Dada su trayectoria, se cree que el impacto podría ocurrir en cualquier punto de una zona en cuyo norte se sitúan Madrid, Nueva York y Pekín. Por otro lado, al sur, están el sur de Chile y la ciudad de Wellington, en Nueva Zelanda.
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CAB