La autoridad nacional fue sorprendida sin el insumo en una de las 48 provincias en las cuales se determinó aplicar el uso obligatorio
Fue multado el primer ministro de Tailandia, Prayut Chan-O-Cha, por no llevar cubrebocas, precisamente el mismo día en que el país empezó a aplicar nuevas restricciones, entre ellas, sanciones por no portar el insumo higiénico.
En busca de frenar el repunte de contagios de coronavirus en el territorio, se han impuesto multas que llegan hasta los 20 mil bahts (640 dólares o casi 12 mil 700 pesos).
La autoridad nacional fue sorprendida en una reunión en la sede de gobierno sin cubrebocas en Bangkok, una de las 48 provincias (de un total de 76) de las cuales se determinó aplicar el uso obligatorio del producto.
Los registros donde Prayut Chan-O-Cha está sin cubrebocas fueron subidos a redes sociales, mientras que el gobernador de Bangkok, Aswin Kwanmuang, dijo que había “informado al primer ministro que había infringido la ley”.
El dirigente “aceptó pagar una multa”, la cual corresponde a unos 190 dólares (equivalentes a casi 3 mil 800 pesos), añadió el gobernador.
La capital, Bangkok, que tiene la cifra más alta de casos, también anunció el cierre de más de 30 categorías de negocios y servicios, como cines, parques, zoológicos, bares, piscinas y locales de masajes. Además, se prohibieron las reuniones de más de 20 personas. Centros comerciales y grandes almacenes podrían seguir operando, pero con horarios reducidos.
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Pese al rápido aumento de los casos, no había medidas nacionales en vigencia como cuarentenas, toques de queda o restricciones a los viajes, aunque algunas provincias habían recibido autorización para imponer sus propias restricciones, como cuarentenas obligatorias para visitantes de otras provincias.
Tailandia, con 70 millones de habitantes, registra 57 mil 500 casos de coronavirus, contra solamente 29 mil a principios de abril, mientras que 11 personas murieron de covid-19 el domingo, un récord diario desde el inicio de la crisis.
Las autoridades tailandesas habían eludido un impacto frontal de la pandemia hasta las últimas semanas, gracias a una política muy estricta de control de fronteras y de personas contagiadas.
Sin embargo, el gran número de casos ha hecho que falten camas de hospital y en las unidades de cuidados intensivos. También ha dejado sobre la mesa la incapacidad del gobierno para conseguir suministros adecuados de vacunas. Menos del 2 por ciento de los 69 millones de habitantes del país están vacunados.
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CAB