Algunas marcas a la venta y utilizadas por el público en general están mezcladas con productos químicos tóxicos.
En un año en el que los cubrebocas son la principal herramienta para protegerse de la pandemia de Covid-19; científicos han encontrado que algunas marcas a la venta y utilizadas por el público en general están mezcladas con productos químicos tóxicos.
Las pruebas preliminares en Reino Unido han revelado rastros de una serie de compuestos que están muy restringidos tanto por razones de salud como de medio ambiente; entre ellos, el formaldehído, que es una sustancia química conocida por provocar ojos llorosos, sensación de quemazón en los ojos, la nariz y la garganta, tos, sibilancias ( un sonido silbante y chillón al respirar) y náuseas.
“Las pruebas obtenidas por Ecotextile News revelan que, aunque las mascarillas deberían cumplir normas específicas, no todas lo hacen”, explica el periódico británico Daily Mail.
A los expertos les preocupa que la presencia de estas sustancias químicas en las mascarillas que se usan durante periodos prolongados puede causar problemas de salud no deseados.
Michael Braungart, director del Instituto Medioambiental de Hamburgo, realizó pruebas con cubrebocas que habían provocado erupciones en las personas. “Lo que respiramos por la boca y la nariz son, en realidad, residuos peligrosos”, señaló Braungart en su investigación, en la que concluyó que algunos cubrebocas comerciales contienen formaldehído y otras sustancias químicas. Además, también encontró anilina, un conocido carcinógeno.
“Encontramos formaldehído e incluso anilina, y nos dimos cuenta de que se aplicaban fragancias artificiales desconocidas para tapar cualquier olor químico desagradable de la mascarilla”, dijo Braungart. “En el caso de las mascarillas quirúrgicas de color azul, encontramos cobalto, que puede utilizarse como tinte azul”, por lo que concluyó que “tenemos delante de nuestra nariz y boca un cóctel químico cuya toxicidad y efectos a largo plazo sobre la salud no se han comprobado nunca”.
Se requiere investigar más para determinar qué cubrebocas son seguros
Los académicos involucrados en la investigación publicada en Reino Unido afirman que su trabajo no es suficiente para concluir que todas los cubrebocas quirúrgicos son peligrosos o seguros, pero creen que algunas mascarillas en circulación son preocupantes.
“Las mascarillas diseñadas para ser usadas por el público no están clasificadas como Equipo de Protección Individual (EPI) y, por tanto, no están sujetas al mismo nivel de escrutinio que las destinadas a ser usadas por los profesionales de la medicina”, destacan.
Añaden que la responsabilidad de garantizar que los cubrebocas cumplan los criterios establecidos recae en el fabricante de las mismas y en sus autoridades locales.
China era el principal fabricante de mascarillas del mundo antes de la pandemia, y ha consolidado esta posición en medio del brote de Covid-19, fabricando el 85% de todas las mascarillas.
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AFG