Se recomienda evitar la propagación del COVID-19 por aerosoles y difundir el potencial uso de medidores de dióxido
El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación organizó un encuentro con especialistas en donde se abordaron estrategias a tener en cuenta para minimizar el riesgo de contagio por COVID-19 en ambientes cerrados.
Aunque la recomendación es pasar la mayor cantidad posible en espacios abiertos al aire libre, es inevitable llevar adelante en esos lugares ciertas actividades que sí o sí se hacen puertas adentro.
En este contexto, Sandra Cordo, doctora en Ciencias Químicas e investigadora del CONICET, IQUIBICEN-FCEyN-UBA, se refirió a aspectos virológicos relevantes referidos al SARS-CoV-2, responsable de generar la enfermedad pandémica:
“Se trata del agente causal de la enfermedad COVID-19, es un virus de genoma RNA que infecta humanos, generando un conjunto de síntomas bastante variable”.
“Los virus infectan células a través de una molécula receptora, ubicada en su membrana. Se genera una interacción específica, la célula permite la entrada del virus, y comienza a producir nuevas partículas virales dentro de cada célula, se producen y liberan más virus. El receptor del SARS-CoV-2 es el ACE2, o enzima convertidora de angiotensina 2 por sus siglas en inglés. En el esquema, reconoce una parte de la estructura de la partícula viral, a través de su espícula o spike, y está formada por la proteína S del virus. El sitio de replicación que cuenta con este receptor se encuentra en el sistema respiratorio”, explicó.
Según precisó la experta, “nos podemos infectar con este virus, pero de diferente manera: hay personas infectadas que no se enferman, no presentan ningún tipo de síntoma llamados asintomáticos, tenemos personas que se enferman manifestando síntomas leves o intermedios y, por último, tenemos los que se enferman con una sintomatología grave, que requiere hospitalización y, frecuentemente, asistencia respiratoria”. Sin embargo, en los tres casos, todos producen partículas virales, “todos tienen virus multiplicándose en sus sistemas respiratorios, esto quiere decir que todas estas personas contagian”, advirtió Cordo.
Por aerosoles, las personas pueden ser infectadas de una forma muy eficiente y las cargas virales directamente conducidas a la zona baja de los pulmones o aparato respiratorio debido a su pequeñísimo tamaño.
“En resumen, el SARS-CoV-2 es un virus que se multiplica en las vías respiratorias, las actividades respiratorias emiten gotitas muy pequeñas con carga viral (aerosoles) y podemos contagiarnos inhalando directamente estos aerosoles hacia nuestros pulmones”, concluyó la investigadora.
Andrea Pineda Rojas, doctora en Ciencias Oceanográficas, del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA/CONICET-UBA) y especialista en el modelado de concentraciones de contaminantes del aire en la atmósfera urbana, habló sobre la transmisión del COVID por aire y los principales mecanismos de transmisión.
Una prueba de esto son los “casos de superpropagación” o “supercontagio”: El más famoso fue el coro de Estados Unidos, Skagit, que se reunió respetando la distancia por dos horas y media a cantar; una persona estaba infectada y de los 60 participantes se infectaron 52, incluyendo quienes estaban 13 metros por detrás de la persona con COVID-19.
En referencia a cuál es la máxima concentración de CO2 para evaluar que un ambiente está ventilado, Aliaga señaló que “lo que se está tomando como recomendación es que no supere las 800 ppm, hay que recordar que al aire libre la concentración es aproximadamente 400 ppm”.
Ante ello el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación presentó Ventilar, una campaña que busca concientizar sobre la importancia de la ventilación de los ambientes para evitar la propagación del COVID-19 por aerosoles y difundir el potencial uso de medidores de dióxido de carbono como instrumento de apoyo.
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AFG