Lo he dicho en muchas ocasiones, la seguridad pública nuca puede ser politizada, hacerlo constituye en sí mismo un hecho reprobable y quizá delictivo. La tecnología que en estos tiempos se traduce en cámaras de videovigilancia, en arcos carreteros y programas de identificación de patrones y rostros se ha erigido como firmes pilares de la lucha en contra de la delincuencia.
De los estados más castigados por la inseguridad es, sin duda, Michoacán. Pero en la entidad se han tomado decisiones importantes que han permitido revertir la ecuación. Una de ellas es la creación de un Centro de Control, de los conocidos como C5i. Estos búnkeres tecnológicos permiten que operadores de videovigilancia puedan dar seguimiento, en tiempo real, a diferentes actos delictivos y permitir, en coordinación con los cuerpos policiales, lograr la captura de delincuentes.
En Morelia, y para dar servicio a todo el estado de Michoacán, se ha instalado el Centro de Control más grande de América Latina. Bajo la dirección de un discreto pero eficiente Director General, que además es el primer director de un C5 que ha llegado a este puesto empezando desde abajo como monitorista hasta recibir la confianza de encabezar el mayor esfuerzo en contra de la delincuencia en el estado. Esto es un ejemplo y una historia inspiradora llena de justicia de lo que debe de ser un escalafón de ascenso en materia de seguridad pública.
Carlos Campos Coronel, es el Director de este C5i de Michoacán e impacta por su capacidad de operación para lograr resultados. Entendido de las necesidades de sus compañeros de los que se siente y asume parte, ha perfilado una ludoteca para que mujeres y hombres a cargo de un hijo menor puedan trabajar tranquilos con su vástago tan solo un piso encima de su cabeza. Esto ha sido posible por la apertura e inteligencia de Israel Patrón Reyes, quien lejos de colocar a sus allegados, ha privilegiado premiar el desempeño y la lealtad de los funcionarios con el estado, en el marco de un decidido apoyo tanto político como económico del gobernador de la entidad Silvano Aureoles, quien entiende que , la gente le reclama paz y tranquilidad.
En esta misma lógica, el Secretario Patrón, ideó la creación de una división de Policia de Caminos en Michoacán. Dicho sea de paso, tener un cuerpo policiaco que esté a cargo de las carreteras michoacanas no atiende, y no se engañe, a las faltas de tránsito. Es una unidad fundamental de élite que vigila las vías por las que el crimen organizado trafica y comunica sus operaciones, esos que le permiten tener un flujo de dinero. Que a su vez, compra voluntades y conciencias.
La genialidad del asunto no solo para en la creación del cuerpo, sino en nombrar como su jefa a una de las primeras policías federales de caminos, egresada de la mítica academia de San Luis Potosí. Ella es Lourdes Espín, Directora de la división de caminos de la policía del estado. Mujer de una pieza, comprometida, leal, “entrona” y enamorada de ser policía, que recuerda como si fuera ayer su primer encuentro con las “ratas”. Unos ladrones que bajaron de un camión armados, que al topársela, la tomaron del cuello y pudo escapar de ellos pero sólo hasta recibir una lluvia de plomo que por su entrenamiento y la suerte se convirtió en la muerte de los delincuentes.
Hoy Lourdes dirige un cuerpo preparado y profesional que ha cortado las vías de comunicación y trasiego de muchos grupos de la delincuencia organizada y se erige como un ejemplo de la mujer profesionista y policía que se la parte por Michoacán y por México.
Asisto con simpatía y sorna a las expresiones del delincuente perseguido internacionalmente por el FBI y la justicia rumana, Florian Tudor. De nueva cuenta acuso ingenuidad o desconocimiento en el Palacio Presidencial, pues a un delincuente que lo persigue el gobierno de Estados Unidos y su país, es complejo que se le “tramite” una cita con la Secretaria de Seguridad Ciudadana. Creo que la presidencia debería de ser cuidadosa, pues este asunto que va a alcanzar todos lo colores, incluido el verde en sus años tiernos, es uno de los escándalos financieros, delictivos y políticos más importantes de los últimos tiempos. Y al payaso rumano que amenaza con acciones jurídicas, le digo claramente que aquí lo espero, que no me amenace!. Que me demande con todas las de la ley, que estaré encantado de contestar, aunque él esposado por del gobierno gringo no pueda firmar la demanda. Tudor, no me amenaces que no te tengo miedo, ni tantito! Nos vemos en tribunales payaso a rayas! Ya verás que te sienta el uniforme.
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