No considero a Manuel Bartlet el director que necesita la Comisión Federal de Electricidad. De entrada, un personaje implicado en la caída del sistema que privó a la izquierda de su inminente triunfo en la presidencia de la República.
Pero de la misma forma pienso que, no está enterado de la corrupción imperante en la CFE. Más aún de un caso que lleva más de 20 años beneficiando a un fabricante de medidores, en contra de otros dos que son más que competitivos y que cumplen completamente con los estándares; corrupción que viene de décadas. Si se supone que la 4T es el cambio para atajar la corrupción, entiendo que este asunto se resolverá pronto y con la decidida intervención de Irma Eréndira Sandoval, la Secretaria de la Función Pública.
Los afectados han actuado legalmente para exhibir los hechos que les afectan. El 17 de diciembre del 2020, se presentó una denuncia ante la Función Pública que fue radicada con el número de expediente 124171/2020/DGDI/CFE DIST/DE383. Los hechos que se exhiben son entre otros, la cancelación arbitraria de certificados de productos y licitaciones a modo que se imputan a servidores de menor calado del departamento de ISC/Medición.
Básicamente son acciones de funcionarios piteros de la CFE, que espero no esté en conocimiento de Bartlet, tendientes a que los medidores para cobrar el fluido de energía eléctrica a los usuarios de la Comisión, elaborados por Protecsa y Electrometer. Los argumentos falaces y ridículos de los pigmeos de la CFE incluyen argumentar que los competidores carecen de características particulares no obstante que sus medidores fueron liberados como de buena calidad y funcionalidad por parte de la LAPEM en ambas fábricas.
Por sí esto fuera poco, la empresa que lleva tanto tiempo lucrando con los dineros públicos, también ha infringido las licencias de propiedad intelectual de PROTECSA, según una resolución firme de un juzgado especializado reconocido por el IMPI según el expediente C12-140P_IMPI. Y es evidente que en beneficio de la libre competencia en este país, de la protección de la propiedad intelectual y en función de honrar los compromisos del presidente López Obrador, de luchar en contra de la corrupción, las empresas que desde hace años han sido víctimas, de los enjuagues de los funcionarios de la CFE, es que impera investigar este pantano de porquería que ha sido tolerado, alentado por muchos años por administraciones del PAN y del PRI. ¿O será puro cuento el compromiso contra la corrupción? Sería impensable que el presidente avale esta conducta, asquerosa por decir lo menos.
Conocí a Don Arnoldo Cabada en un restaurante de postín del Camino Real. ese día me sorprendió su sencillez y sobre todo su sensibilidad sobre los temas de los migrantes y en general de la frontera. Esa sobremesa se convirtió en una de las clases de periodismo más reveladoras de las que tengo memoria. En ese momento teníamos una alianza que permitía que mi programa llegara a Juárez por la señal de canal 44, por lo que estaba familiarizado con mis emisiones, y con la generosidad que lo caracterizó toda su vida, me orientó como llegar a un auditorio que sufría por el crimen y el fenómeno migratorio.
Con el tiempo darme cuenta su impresionante mimetizacion con los migrantes de Juarez, que en su ejercicio y en la operación de sus medios de comunicación encontraron representación y esperanza. Ese fue uno de los legados de Don Arnold, pero quizá el más importante fue la fundación de una familia solidaria y exitosa, llena de bondad que incluso han fundado una obra para ayudar a niños desproveídos y discapacitados en Ciudad Juárez que se llama “Los ojos de Dios”, que tuve la fortuna de ser invitado.
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