Según cifras de la Asociación Nacional de Directores de Funerarias entre dos mil y tres mil trabajadores han muerto por Covid-19.
El incremento en el trabajo, derivado de la pandemia de Covid-19 en México, ha provocado agotamiento y altos niveles de estrés post traumático a trabajadores de diversas funerarias y crematorios, quienes diariamente ven cómo la muerte avanza en la capital.
Adicional, el riesgo de contagio al que están expuestos derivados de su trabajo, también está presente y ha cobrado la vida de una más de 2 mil trabajadores que diariamente reciben entre 12 y 20 cuerpos para ser incinerados.
Así lo advirtió el vicepresidente de la Asociación Nacional de Directores de Funerarias (ANDF), Roberto García, quien señaló que entre 40 y 50 por ciento de los empleados del ramo ya se han infectado, por lo que llamó a las autoridades a incluirlos como uno de los grupos prioritarios del Plan Nacional de Vacunación.
En entrevista con medios nacionales, el empresario resaltó que a pesar de la gravedad de la emergencia sanitaria, los cerca de 35 crematorios que hay en la Ciudad de México han logrado resolver la alta demanda de servicios generada por la pandemia de Covid-19, aunque con un tiempo de espera de entre 48 y hasta 72 horas entre el recibimiento de cada cuerpo.
“Por lo menos hasta ahora, nosotros no lo catalogaríamos como saturación […], pero los crematorios sí están trabajando a marchas forzadas de 90 a 100 por ciento de su capacidad”, lo cual hace que las máquinas encargadas de la incineración del cuerpo funcionen sin pausa y sin oportunidad de mantenimiento, generando así fallos y retrasos”, destacó.
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García explicó que cada cremación requiere de un ciclo de entre tres y cuatro horas, para poder iniciar con una temperatura de 400 a 500 grados y luego subirla y mantenerla en 800, pero al acortar esos ciclos a poco más de dos horas, no hay oportunidad de que las máquinas tengan el enfriamiento necesario, lo que provoca la emisión de humo negro y partículas que no deberían producirse normalmente.
También señaló que de las cerca de 50 mil personas que trabajan en este sector en todo el país, añadió, alrededor de 2 mil 500 o 3 mil (equivalentes al 5 por ciento) ya han fallecido por Covid-19, entre operadores de hornos, embalsamadores, cremadores, administrativos y vendedores, más de la mitad de ellos en la capital del país y su zona conurbada.
“Desafortunadamente es un trabajo que no muchas personas hacen. No es muy fácil que la gente se enrole en un puesto funerario, y si este personal empieza a enfermar y a fallecer, es muy complicado tener de donde echar mano”, deploró.
Por tal razón, enfatizó García, la ANDF insistirá ante el gobierno federal en que el sector sea considerado “esencial” y se le garantice de inmediato a sus trabajadores la vacuna contra el Covid, “como personal de primera línea” en la lucha contra el virus, después de los médicos y enfermeras.
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NCV