La joven decidió vender su cabello que tenía hasta abajo de la cintura para comprar un tanque de oxígeno.
Ana Paola Romero, es una adolescente de 16 años, que decidió cortarse el cabello y venderlo para ayudar a sus abuelos.
Ella es estudiante de 4to semestre de bachillerato en la Universidad de Guadalajara, pero desde hace dos meses vive en Toluca en el Estado de México con sus abuelos Santa y Jesús.
A mí siempre me ha gustado tener mi cabello largo, creo que físicamente es lo que más me gustaba de mí, lo cuidaba mucho, tardé como dos años para tenerlo así de largo, abajo de la cintura, comentó Ana Paola.
Sin embargo Ana Paola decidió cortar su cabello debido a que hace siete días comenzó un brote de coronavirus entre nueve de sus familiares.
Creo que el primero que empezó con síntomas fue mi tío Rafael, le hicieron una prueba de covid-19 en su centro de trabajo y salió positivo. Desde ahí los demás comenzamos con síntomas. Yo perdí el gusto y el olfato desde el 30 de diciembre, ya quiero recuperarlo para comerme unos tacos y que sí me sepan a algo. Aunque he sido afortunada porque solo siento el malestar como de una gripa y dolores de cabeza ocasionales, contó Ana Paola a medios nacionales.
La joven aseguró que lo que más le angustia es la situación en la que está su abuelo Jesús de 68 años y su tío José, de 47, pues la oxigenación de su abuelo bajó a 40, cuando los médicos les advirtieron que no debía bajar de 90.
Teníamos que conseguir oxígeno, veía a los adultos de mi familia preocupados porque está caro, todos estaban juntando el dinero. Entonces yo le pregunté a mi hermana si me tomaba una foto para subirla al Facebook y vender mi pelo.
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Ese día vestía de amarillo, me solté la melena y me tomó una foto de espaldas y otra de perfil. Las subí a mi cuenta con un texto que decía: vendo mi cabello para comprar un tanque de oxígeno para mi abuelito, tiene covid, su oxígeno hoy bajó mucho y quiero ayudar a mi familia a conseguir dinero.
Ana Paola explica que le pagaron 2 mil 500 pesos y ese dinero se lo dio a su tía para los gastos de su abuelito que trabaja en un taller mecánico.
Cuenta que aunque compraron un cilindro del oxígeno, pero en menos de dos horas se acabó, por lo que ahora necesitan un concentrador de oxígeno y un tanque con mayor capacidad.
La situación de mi abuelo es delicada, tiene diabetes, pero no quiere ir al hospital, no quiere estar solo, prefiere luchar por su vida a lado de mi abuela Santa Fuentes, quien también está contagiada y en este momento veo dormir junto a él.
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AFG