La pandemia por el coronavirus castigó severamente a vendedores de artículos para fiestas, pues se trata de productos considerados no esenciales
Entre las cosas que la amenaza latente del coronavirus SARS Cov-2 apagó este fin de 2020, está el entusiasmo de habitantes de Ciudad de México por festejar el Año Nuevo, según comerciantes que han visto caer sus ventas de amuletos y artículos típicos de esta celebración.
El declive en la venta de cadenetas, papel picado o los clásicos sombreros que, con brillante tipografía anuncian el 2021, ha sido “una cosa exagerada” para Concepción Rojano, comerciante del Mercado de Sonora, quien observa “mucho menos de la mitad” de la clientela habitual.
No es la misma alegría”, dice la mujer de 46 años.
La pandemia del coronavirus ha castigado a vendedores como Rojano, dedicada a comercializar artículos para fiestas, pues se trata de productos considerados no esenciales.
Con la Ciudad de México otra vez en máxima alerta sanitaria, por el acelerado incremento de contagios y hospitalizaciones, la restricción al funcionamiento de este tipo de negocios estará vigente hasta el 10 de enero.
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Por su parte, Patricia Hernández, de 47 años, está sorprendida por la notoria falta de proveedores y competidores para su puesto ambulante de calzones de colores amarillo y rojo, con alta demanda en estas fechas.
Ya ve que ha faltado mucha gente, ha fallecido mucha gente”, especula la comerciante sobre las razones del desinterés.
Según la creencia popular, vestir ropa interior amarilla en la Nochevieja garantiza dinero el año próximo, mientras que la prenda roja favorece el amor.
Mucha gente me pedía blanco porque me decían que blanco es para la salud, pero no sabía eso”, confiesa Hernández, dando cuenta del impacto que el covid-19 está teniendo incluso en las costumbres más arraigadas de fin de año.
A su vez, Karina Esotérica, especialista en lectura de cartas y manos, además de vendedora de perfumes, veladoras y otros amuletos en el Mercado de Sonora, percibe a sus clientes ansiosos por cerrar un duro 2020, marcado por el coronavirus.
Vienen a pedir sus rituales, a pedir sus veladoras para fin de año, sus amuletos, sus hierbas para hacerse sus baños. La gente ya quiere que termine el año para que empecemos uno mejor”, afirma.
Más allá de cábalas y tradiciones, Rojano quiere celebrar.
El ritual más bonito es ver a nuestra familia, los pocos que quedamos o no, aunque sea una videollamada, aunque sea unos pocos sentados en la mesa, pero que todavía festejen algo”.
IPR
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