Ailín Cubelo Naval decidió ligarse las trompas porque no quiere tener hijos. cambiando de ginecólogo luego de que uno rechazó dos veces su pedido
Ailín Cubelo Naval es una joven argentina de 22 años que decidió compartir su peculiar historia tras someterse a una cirugía de ligadura de trompas, a fin de no convertirse nunca en madre, como una forma de “sacar el juzgamiento sobre las personas que no queremos reproducirnos”.
Esto, en la tendencia cada vez más fuerte entres las mujeres de Argentina sobre cuestionarse el mandato “obligatorio” de la maternidad y la visión tradicional de que un hijo “te complementa”.
El caso de Ailín ha generado una amplia polémica, después de que un ginecólogo le negara dos veces la cirugía que desde el 2006 es un derecho garantizado y gratuito por la ley en Argentina, por lo que cambió de médico y logró concretar su anhelada ligadura de trompas.
“Te veo muy chica”, le dijo el ginecólogo cuando fue a ligarse las trompas a la joven que puso en tela de juicio el rol impuesto por la sociedad desde que estaba en la primaria, cuando tocó por primera vez el tema de la maternidad.
En Argentina, una joven se opera a los 22 años de edad para nunca tener hijos#AbreLosOjos @Marlene_Stahl por @ImagenTVMEX pic.twitter.com/Vtu57D7vQx
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Relatando que, en aquel tiempo las preguntas no eran si acaso quería ser madre, sino que cuántos hijos deseaba tener o a qué edad quería serlo. Después, estando en la secundaria, se dio cuenta de que realmente no quería ser mamá.
“Siempre contestaba ‘después de los 30’, o ‘yo quiero uno solo’. Como no me daba cuenta de que quizás no quería ser madre, me excusaba o alargaba los plazos”, continuó Ailín.
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Si bien la ligadura es el método anticonceptivo quirúrgico que suelen elegir las mujeres que ya tuvieron varios hijos y no quieren tener más, no es su caso. “Como a algunas personas el deseo de ser madres les es natural, para mí era natural no serlo. Me ligué las trompas porque no quiero tener hijos, ni ahora ni nunca”, comentó la joven a Infobae.
“La maternidad no debería ser una imposición social. Yo no juzgo a quienes eligieron ser madres, no voy por la calle diciendo ‘ay, ésta cómo se cagó la vida’, ‘está re loca’, ‘¿cómo va a tener tres hijos?’. Creo que es hora de sacar el juzgamiento sobre las personas que no queremos reproducirnos. No somos bichos raros, somos un montón que, el día de mañana, no nos vamos a lamentar por no haber hecho con nuestras vidas lo que queríamos”, finalizó Ailín.
IPR
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