Masas de fascistas se lanzaron tanto a carreteras como a trenes para dirigirse a Roma; con el fin de tomar el poder para su líder
El 22 de octubre de 1922, Benito Mussolini comenzó la movilización que dio origen a la dictadura fascista.
La conocida como Marcha sobre Roma (en italiano, Marcia su Roma), se trató de una marcha con destino a Roma organizada por Benito Mussolini, entonces dirigente del Partido Nacional Fascista, entre el 27 y el 29 de octubre de 1922, que lo llevó al poder italiano.
Este movimiento marcó el final del sistema parlamentario y el principio del régimen fascista. Los hechos sucedieron de la siguiente manera. Desde 1919, Benito Mussolini había desarrollado el movimiento fascista incrementando la violencia de su discurso contra los socialistas y comunistas; así como alentando una exaltación de la violencia como arma política y una dura oposición al liberalismo y a la democracia.
Sus militantes habían sido organizados como “escuadras de acción” o squadristi encargados de atacar y amedrentar a sus opositores en espacios públicos de toda Italia, recurriendo a la violencia más extrema posible.
Los apedreamientos, las grescas callejeras y los incendios que protagonizaban los fascistas los convirtieron en un movimiento marginal dentro de la política italiana aunque bastante temido en razón de sus ideas populistas que seducían a exsoldados y obreros descontentos tras la Primera Guerra Mundial.
A medida que la violencia fascista aumentaba en el país, Mussolini consiguió un escaño en el parlamento italiano en las elecciones de 1921. Inicialmente, la élite conservadora de Italia aceptaba al fascismo como un “mal menor” ante el peligro de un gobierno socialista o comunista; sin embargo, a lo largo de 1922, Mussolini y sus militantes demostraron proyectos que amenazaban el propio parlamentarismo, el sistema político italiano vigente desde los días de la unificación italiana.
La marcha
Temiendo que los exaltados fascistas causaran una guerra civil, el gobierno de Luigi Facta buscó el apoyo del escritor ultranacionalista Gabriele D’Annunzio para encabezar una manifestación patriótica el 4 de noviembre de 1922; misma que que festejara el triunfo italiano en la Gran Guerra.
Sin embargo, la celebración, motivó a Mussolini para actuar rápidamente a fin de no ser eclipsado por D’Annunzio. Así, Mussolini ordenó a mediados de octubre de 1922 que todos los militantes del Partido Nacional Fascista se preparasen para llevar a cabo manifestaciones públicas masivas en todas las ciudades principales de Italia.
Para la fecha señalada, los fascistas consiguieron, por medio de agresiones y amenazas varias, forzar la renuncia de casi todas las autoridades socialistas del Norte de Italia, región que dominaron en pocos días, ante la pasividad del ejército y la policía.
Ante una orden de Mussolini, masas de fascistas se lanzaron tanto a carreteras como a trenes para dirigirse a Roma; con el fin de tomar el poder para su líder. Armados apenas con algunas pistolas, mazas de acero y armas caseras, los llamados “camisas negras” acudieron a la capital italiana desde el 22 de octubre, amenazando con provocar una guerra civil si las autoridades les cerraban el paso.
Hacia el 25 de octubre, una gran masa de camisas negras llegaron a las afueras de Roma y su número aumentó en escasos días. Para disolver la amenaza, el gobierno del primer ministro Luigi Facta pidió el estado de sitio para la ciudad.
Sin embargo, el rey Víctor Manuel III rechazó firmar la orden. Esto significó que no ordenasen al ejército, que pudo haber detenido a Mussolini y sus seguidores, anteponerse por la fuerza a los fascistas.
Las razones de la negativa del monarca se han discutido; se ha sugerido que temiese perder su trono si rechazaba cooperar con los fascistas; así como que deseaba evitar una guerra civil que hubiera estallado de haber ordenado reprimir con violencia a los “camisas negras”; o, incluso, que esperase neutralizar de algún modo a los fascistas “asociándolos” al gobierno nacional.
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Sea cual fuera la respuesta, el 29 de octubre el rey le pidió a Mussolini que fuera primer ministro y que formara un gabinete. Con la encomienda, viajó desde Milán en tren, y formó un Gobierno en Roma el día 30 de octubre.
Cerca de 25 000 camisas negras fueron transportados a la ciudad sólo ese día, desde donde marcharon en un triunfal desfile ceremonial el 31 de octubre de 1922.
Al día siguiente, Mussolini instaló su gobierno en Roma. Formalmente la dictadura fascista no comenzó de inmediato, sino que los fascistas recurrieron a diversos procedimientos durante los meses siguientes para asegurar el control de todos los mecanismos de poder político. No obstante, fue el inicio del movimiento.
La dictadura entró en vigencia formalmente con el asesinato de Giacomo Matteotti, un luchador político en contra de las “camisas negras” (organizaciones fascistas violentas), que nunca calló su deseo de democracia; así como con la prohibición de partidos de la oposición.
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CAB