En México, esta condición afecta a 9.2% de la población; o sea, a alrededor de 12 millones de personas, número que estiman crecerá
Este 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, como parte de una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para velar por el bienestar general.
La campaña es concebida conjuntamente por la Organización Mundial de la Salud, United for Global Mental Health y la Federación Mundial de Salud Mental.
De acuerdo con la OMS, parte de la constatación de que, pese a que la salud mental ha suscitado una atención mundial creciente en los últimos años, no ha recibido inversiones proporcionales.
En este contexto, se propone la oportunidad de apostar a favor de la vida: a nivel individual, de tomar medidas concretas a favor de nuestra propia salud mental y apoyar a los amigos y familiares afectados por trastornos mentales.
En la misma línea, se insta a los empleadores a adoptar medidas para poner en marcha programas de bienestar de los empleados; a nivel gubernamental, a comprometerse a establecer o ampliar los servicios de salud mental; y como periodistas, a explicar qué más puede y debe hacerse para que la salud mental sea una realidad para todos.
Panorama nacional
Dada la situación mundial de salud, en los últimos meses se detonó el consumo de alcohol, tabaco, mariguana y benzodiacepinas entre los mexicanos; según revelan cuestionarios aplicados para detectar riesgos a la salud mental por Covid-19 de la Secretaría de Salud en coordinación con la UNAM.
De acuerdo con el estudio, se encontró que el consumo de dichas sustancias es la segunda causa, después de la violencia, por la que los mexicanos están solicitando ayuda en el contexto de la emergencia sanitaria.
En detalle, quienes refirieron abuso de alcohol tienen dos veces más posibilidades de sentir deseos de hacerse daño, morirse o haber pensado en la muerte. Por su parte, los que consumen tabaco tienen tres veces más posibilidades de reportar dichas emociones; finalmente, quienes consumen sustancias psicoactivas tienen hasta siete veces más probabilidad.
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José Javier Mendoza, jefe de Área Médica en Servicios de Atención Psiquiátrica de la Ssa y titular de la investigación, advirtió que el consumo de sustancias siempre es un riesgo, pero se potenció en los últimos meses.
“Desde la llegada del covid hemos visto que la salud mental se convirtió en uno de los puntos más vulnerables. Esta pandemia nos enseñó que nuestra salud mental es más frágil de lo que creíamos”, reconoció
Números de riesgo
En número, Mendoza Velásquez, advirtió detalló que de 104 mil 875 personas tamizadas, 26 mil 90 reportaron violencia, 12 mil 408 consumo de sustancias, 10 mil 799 depresión, 8 mil 339 ansiedad generalizada, y 5 mil 562 situaciones de autolesión o pensamiento suicida. Otros casos detectados fueron estrés agudo en dos mil 965 personas, síndrome de bornout en mil 538 y somatización en 902.
En este escenario, el instrumento de medición clasificó en riesgo alto a 12 mil 934 personas; en riesgo medio a 34 mil 766; en riesgo bajo a 25 mil 680; y sin riesgo a 16 mil 13 personas.
Según el instrumento para la detección de riesgos a la salud mental por covid-19, las personas que han dicho padecer depresión tienen nueve veces más la posibilidad de reportar deseos de hacer cosas para hacerse daño y/o sentir que se quieren morir, o haber pensado en la muerte.
También se encontró que las personas que han reportado una enfermedad respiratoria o síntomas por covid-19 tienen dos veces más la probabilidad de referir estas emociones.
Posibles soluciones
Ante este escenario, los especialistas coincidieron en la necesidad de invertir en salud mental; esto debido a que actualmente México sólo destina 2% de su presupuesto a este rubro; es decir 8 veces menor a la carga de enfermedad mental que se enfrenta en el país.
Aunado a ello, también se tiene un déficit de especialistas; pues mientras la OMS recomienda cinco siquiatras por cada 100 mil habitantes, en el país sólo hay 3.7 por cada 100 mil y más de la mitad de concentran únicamente en la CDMX, Nuevo eón y Jalisco.
Otro de los retos que debe enfrentar el sistema de salud a consecuencia de la pandemia es, de acuerdo con María Elena Medina-Mora Icaza, jefa del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, tener los recursos suficientes para atender las secuelas neuropsiquiátricas que están presentando personas recuperadas de covid-19.
Cabe destacar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en diez años; es decir en 2030, la depresión será la primera causa de discapacidad entre adultos y jóvenes.
En México, esta condición afecta a 9.2% de la población; o sea, a alrededor de 12 millones de personas, número que estiman los especialistas, crecerá tras la emergencia sanitaria.
*Con información de Excelsior
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