En un momento como el que vivimos con una pandemia por el coronavirus COVID-19, la medicina del viajero es más útil que nunca
Cuando hablamos de medicina del viajero nos referimos a la especialización que estudia y atiende las enfermedades y condiciones de salud relacionadas directamente con los viajes; ya sea preventiva o curativa, dependiendo del destino, tipo de viaje y de la condición de salud.
Pocas veces nos detenemos a pensar en esto hasta que lo vivimos en carne propia, pero las enfermedades que se adquieren durante un viaje -ya sea de placer, negocios o académico-, son una considerable causa de pérdidas económicas, así como de complicaciones médicas que pueden frustrar nuestra estancia o regreso.
Y en un momento como el que vivimos con una pandemia por COVID-19, este servicio es más útil que nunca. Esto, porque los viajes internacionales exponen a un gran número de personas a diversos riesgos para la salud; muchos de los cuales se pueden minimizar tomando precauciones antes, durante y después del traslado.
¿En qué nos ayuda?
Entre las funciones de la medicina del viajero también está el realizar valoraciones y emitir certificados para quienes deben trasladarse a otros países, ya sea porque tienen restricciones sanitarias o porque las personas tienen planeado realizar actividades como buceo o alpinismo, y se les pide garantizar un óptimo estado físico.
También se brindan sugerencias para los viajeros con necesidades médicas especiales como diabetes, insuficiencia renal, embarazo, enfermedades autoinmunes, inmunosupresión, etc.
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En cuanto a las restricciones sanitarias, en zonas tropicales o países con saneamiento ambiental deficiente, es requisito de ingreso presentar un certificado internacional de vacunación o tratamientos preventivos.
Asimismo, las clínicas que ofrecen medicina del viajero atienden a quienes regresan a México y contrajeron enfermedades poco frecuentes en el país.
¿Cómo es una consulta de medicina del viajero?
Siendo prioritario consultar al médico por lo menos un mes antes de viajar y asegúrate de brindar la siguiente información para que puedan evaluar los riesgos:
- A dónde viajas.
- Cuando te vas.
- La duración de tu viaje.
- Qué tipo de actividades podrías realizar.
- Otros asuntos personales como su edad, alergias, historial médico y de vacunas y experiencia de viaje previa.
Una vez teniendo esta información:
- Se solicitan serologías para evaluar inmunidad previa (en caso de ser necesario).
- Se actualizan vacunas del calendario y se detallan las especiales o requeridas.
- Se indican medidas de prevención para enfermedades transmitidas por mosquitos como la malaria, dengue, fiebre amarilla o chikungunya.
- Se informa cómo prevenir la diarrea del viajero y medicación para su oportuno tratamiento.
- Se asesora sobre medidas preventivas para accidentes, quemaduras de sol, síndrome de jet lag, así como mordeduras de animales.
- Se brinda asesoría sobre cómo moverse con viajeros especiales, ya sea niños pequeños, mujeres embarazadas, pacientes con accidente cerebrovascular o personas inmunocomprometidas.
Otra sugerencia que se realizará a quienes planean hacer un viaje al extranjero es la de contratar un seguro, dado que como viajeros somos responsables de los gastos médicos incurridos durante un viaje, pudiendo representar un duro golpe a nuestro bolsillo si requerimos atención hospitalaria ya sea por un resfriado o por una urgencia como COVID-19.
IPR
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