El bienestar emocional implica estar atento a los pensamientos, sentimientos y comportamientos, ya sean positivos o negativos, sin negarlos
En un momento de incertidumbre como el que estamos viviendo hoy, resulta más útil y necesario que nunca hablar de bienestar emocional, ese estado de ánimo que se logra, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuando una persona es consciente de sus propias aptitudes, teniendo las herramientas para afrontar las presiones normales de la vida, siendo capaz de adaptarse a los cambios que se le presentan.
Teniendo bienestar emocional, somo capaces de ser productivos laboralmente, y contribuir con nuestra comunidad, siendo capaces de aprender cosas nuevas y darle un toque de filosofía y humor a las vicisitudes que se nos presentan.
Antecedentes
Desde 1946, la OMS definió la salud como “el estado integral de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
Así quedó asentado en el Preámbulo de la Constitución de la Asamblea Mundial de la Salud, adoptada por la Conferencia Sanitaria Internacional, Nueva York, 19-22 de junio de 1946; firmada el 22 de julio de 1946 por los representantes de 61 Estados y que entró en vigor el 7 de abril de 1948; sin haber sido enmendada desde entonces.
En este tenor, así como a nuestro cuerpo debemos ejercitarlo y mantenerlo bajo constante chequeo médico para la prevención y tratamiento de enfermedades que pueden llegar a afectar nuestra calidad de vida, también está la parte emocional.
Vida actual
Ya de por sí, con el ritmo de vida al que operamos en nuestra cotidianidad, en el que el estrés, la depresión y la ansiedad se extendieron al grado que la OMS preveía que en 2020, la depresión sería la principal causa de discapacidad de la población a nivel global, el confinamiento al que fuimos obligados hace varios meses al decretarse la emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus, el bienestar emocional se ha visto fuertemente impactado.
Siendo realistas, no todos estamos reaccionando del mismo modo ante la reclusión obligada, dependiendo en gran medida de las herramientas con que contamos, y esto lo podemos ver en que los profesionales de psicología están teniendo más demanda que nunca, así como en los intentos de suicidio que se reportan, en algunos casos involucrando a figuras públicas.
¿Cómo sabemos que contamos con bienestar emocional?
Así como con la salud física, la salud mental y emocional van variando a lo largo de la vida, conforme se presentan las experiencias vividas (como la muerte de un ser querido, una ruptura amorosa, problemas en el trabajo o una pandemia), pero básicamente podemos saber que nuestro bienestar emocional está en un buen rango cuando:
- Nuestra autoestima es alta, estando en condiciones de ser asertivos y capaces en cualquier aspecto de la vida.
- Reconocemos nuestros sentimientos, les damos un nombre, los aceptamos e integramos positivamente en la energía vital.
- Somos capaces de afrontar la adversidad, sabiendo cuándo es el momento de pedir ayuda.
- Buscamos que todas nuestras relaciones sean positivas y duraderas.
- Tenemos una desarrollada inteligencia emocional, lo que quiere decir que mantenemos un control de sentimientos y reacciones (no somos infantiles).
¿Cómo lograr el bienestar emocional?
En primer lugar, hay que saber que una buena autoestima implica sentirse bien con quien somos, lo que proyectamos y lo que realizamos. Esto se consigue al tener conocimiento de las virtudes y defectos personales. Mientras las primeras se cultivan, los segundos se asumen para conocer las áreas de oportunidad y emprender acciones para dar pasos hacia delante.
Después, hay que poner atención en nuestros hábitos para detectar las fallas en que estamos incurriendo, porque de estos depende el autocuidado.
Así, hagamos de estos días de incertidumbre el momento para reivindicar el tiempo y espacio que nos dedicamos a nosotros mismos, para así priorizar la salud y bienestar emocional.
Pon en marcha una profunda y sincera introspección que te permita descubrir qué es lo que está mal o en dónde tienes problemas. ¿Salud, trabajo, familia, pareja? Una vez detectado esto, podrás saber si puede resolverse tomando cartas en el asunto, como salir a buscar trabajo o atenderse médicamente, o pedir ayuda con profesionales en la materia para que hagan un diagnóstico preciso.
Otras medidas que al aplicarlas nos encaminamos hacia un bienestar emocional con beneficios a largo plazo son:
- Vive el presente. Parece lugar común, pero de verdad no gastes energía de más pensando en lo que fue, lo que pudo ser o lo que podría ser. Vive y disfruta lo que se te presenta en lo más fugaz de la vida, el presente.
- Disfruta. Sé espontáneo o espontánea. No todo tiene que ser medido y acartonado. Date la oportunidad de ser creativo y curioso, baila y juega libremente.
- Duerme bien. Esto ayuda a restaurar tanto la mente como el cuerpo. Lo recomendable es ir a la cama todos los días a la misma hora y así tener un sueño reparador.
- Descansa durante el día. Date la oportunidad de tener momentos de descanso durante el día, disfrutando de situaciones como el paisaje o un grupo de niños jugando. No te sientas culpable por “no hacer nada” durante media hora. Esto te ayudará a combatir el estrés oxidativo.
- Haz ejercicio. La ciencia ha demostrado que el ejercicio físico nos hace más felices por las endorfinas que se liberan cuando movemos el cuerpo, lo que nos ayuda a sentirnos mejor, que las emociones se despejen y que la mente pueda entrar en un estado de calma, y liberamos estrés.
- Comparte intereses. Únete a más personas con las que compartas algún pasatiempo o interés; esto te ayuda a crear un sentimiento de pertenencia. Alimenta las relaciones con tu entorno.
- Aprende a estar solo. No le tengas miedo a la soledad, aprende a disfrutarla y sacarle partido a estar frente a frente con la persona que mejor te conoce; tú mismo. Nadie como nosotros para conocer los problemas y realidades del día a día, algo necesario para comenzar a sanar heridas.
- Acepta cuando debes pedir ayuda. Haciendo a un lado orgullos estériles, hay momentos donde se requiere la guía y apoyo de otra persona para solucionar un problema. Desde necesitar un abrazo, que alguien nos ayude con algún contratiempo o acudir con un terapeuta.
- Sé generoso y agradecido. Ser agradecido con quien lo merece es una excelente forma de entablar conexiones sociales, además que genera una sensación de bienestar. Así como el dar o compartir con los demás sin esperar recibir nada a cambio.
Finalmente, no olvides que tener bienestar emocional implica estar atento a los pensamientos, sentimientos y comportamientos, ya sean positivos o negativos, pudiendo disfrutar de la vida pese a las decepciones y frustraciones que ocasionalmente se presentan.
IPR
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