Antes de que se proclamara la abolición de la esclavitud en México, había más de 5 millones de personas sometidas; entre nativos y africanos
El 5 de octubre de 1813, José María Morelos y Pavón proclamó en Chilpancingo, Guerrero, la abolición de la esclavitud en Mexico.
La ciudad fue elegida como sede de la declaración debido a que jugó un papel estratégico importante durante el proceso de la Guerra de Independencia.
Al salir victorioso en la ciudad de Acapulco, el 13 de abril de 1813, Morelos decidió establecer la instalación de un congreso en dicho poblado. Para este fin otorgó previamente a la ciudad el rango de primera capital de la América septentrional.
Para ello, realizó un discurso inaugural del Primer Congreso de Anáhuac, el 14 de septiembre de ese mismo año. En ese momento pronunció el famoso documento “Sentimientos de la Nación”. Este circular constaba de veintitrés puntos que representaban el proyecto político insurgente.
Entre las consignas sobresalieron la declaración de independencia y libertad de América; la división del gobierno en tres poderes y como punto quince, se proscribió “la esclavitud y distinción de castas para siempre” y para que “todos queden iguales”.
Los sentimientos de la nación
Cabe destacar que aunque años atrás Miguel Hidalgo proclamó en la ciudad de Guadalajara un bando donde se abolía la esclavitud, en el documento de Morelos, junto con los demás puntos, se integró un compendio y síntesis de las ideas insurgentes.
En detalle, los Artículos primero, quinto y decimocuarto expresaron las necesidad de que la nueva nación fuera libre e independiente de España o de cualquier otra; así como de los gobiernos monárquicos; para que se sustituyeran por una soberanía que emanará del pueblo; esto en un contexto en el que para dictar una ley, se tuviera que discutir en el congreso y se decidiera por pluralidad de votos.
La importancia del texto de Morelos residía en su fuente, la ideología ilustrada y liberal que se encontraba en boga durante la época; misma que fue el cimiento político para la construcción de la nación independiente. Fue un documento inédito, cuyas ideas estaban influenciadas directamente por los ideales emanados de la Revolución Francesa.
Respecto a los demás estipulaciones, este documento reunió la esencia de la lucha por la Independencia. Aparte de la libertad de América Septentrional, se señaló la disolución de un gobierno central en una autoridad representativa; así como su distribución en tres poderes. También se reconoció a la Religión Católica como la única y oficial en los territorios americanos e instituyó la conmemoración del 16 de septiembre como fiesta nacional.
Antecedentes y permanencia
Antes de que se proclamara la abolición de la esclavitud en México, había más de 5 millones de personas sometidas; entre nativos y africanos.
Los segundos llegaron al país con las expediciones de Hernán Cortés, provenientes de España y Portugal; con orígenes en Sudán del Este, África Central, Guinea y Cabo Verde, además de las Islas Canarias. Entre los siglos XVI y XVII, arribaron aproximadamente 200 mil; dos tercios eran varones.
Para 1517, el rey Carlos V concedió el permiso a sus colonias de comercializar esclavos. En este contexto, muchos fallecieron en los primeros años en la Nueva España por enfermedades y extenuantes jornadas de trabajo.
Quienes sobrevivieron fueron enviados a trabajar en plantaciones de caña, ganadería y minería. Algunos más se emplearon en labores domésticas. En tanto, a sus filas se sumaron los indígenas que capturaron durante la colonia.
En 1639, el Papa Urbano VIII decretó que se acabara con la esclavitud en los territorios de España y Portugal, con lo que se liberó a algunos los nativos. Sin embargo, los africanos continuaron siendo sometidos en todos sus dominios.
Por supuesto, este ordenamiento tampoco fue tan efectivo. Los indígenas de América continuaron en una situación de marginación y pobreza, esto debido al sistema de castas. La fragmentación social los dejaba en el último escalón, con pocas oportunidades de desarrollo y víctimas de discriminación.
En esta situación desventajosa, los sometidos buscaron su emancipación en varias ocasiones. Una significativa ocurrió en el estado de Veracruz alrededor de 1609. Gaspar Yanga, un supuesto miembro de la familia real Gabón, lideró el movimiento. Él y un grupo de esclavos escaparon a las montañas. Allí fundaron San Lorenzo de los Negros, en donde vivieron en libertad por casi 30 años. Se dedicaban a la caza y a capturar caravanas que transportaban mercancía.
Es de notar, que incluso con las proclamas de Hidalgo y Morelos, 200 años después, la solicitud independentista no fue contemplada de manera oficial hasta el 15 de septiembre de 1829, durante el gobierno de Vicente Guerrero.
Sin embargo, este intento tampoco acabó por completo con el sistema. Durante el gobierno de Porfirio Díaz, todavía se llevaba a cabo esta práctica en algunos estados; principalmente, en los alejados de la capital de México, como Yucatán.
De hecho, las personas originarias de Europa y África, y algunos indígenas, pudieron ser libres hasta la Constitución Mexicana de 1917, cuando de manera oficial se proclamó la abolición del trabajo forzado.
Gaspar Yanga
En un contexto de represión y hostilidad, cabe recordar la historia de Gaspar Yanga. Conocido también como Yanga o Nyanga, fue el líder de una rebelión antiesclavista en México a principios del período colonial español.
Con la supuesta influencia de familia real de Gabón, se convirtió en cabecilla de una banda de esclavos rebeldes cerca de Veracruz en 1570, aproximadamente. Organizados en búsqueda de la libertad, lograron escapar de la opresión y construyeron una pequeña colonia libre en las montañas.
Por más de 30 años, su comunidad continuó creciendo. Los integrantes sobrevivían parcialmente gracias a la captura de caravanas que traían a Veracruz bienes y alimentos.
Sin embargo, la paz en su idílica comunidad se vio obstaculizada, En 1609, el gobierno colonial de España se ensañó en retomar el control del territorio tomado. Una vez llegadas las tropas españolas, Yanga envió términos de paz a través de un español cautivo.
Esencialmente, solicitó que llegaran a un acuerdo entre ellos y los que habían establecido la hostilidad entre indios y españoles. En detalle, se solicitaba un área bajo su dominio y en compensación, el apoyo de sus partes en caso de ataques contra otros españoles. Adicionalmente, sugirió que su distrito enviaría de vuelta a cualquier esclavo que hubiese escapado para buscar refugio en él.
Por supuesto, los españoles se rehusaron a aceptar los términos e iniciaron la batalla. El enfrentamiento dejó graves pérdidas en ambas partes. Además, los españoles lograron avanzar al palenque. Los habitantes lograron huyeron hacia los alrededores, en terrenos casi inaccesibles.
Incapaces de ganar definitivamente la batalla, debido a las dificultades del terreno, los españoles acordaron negociar. Los términos de Yanga fueron aceptados con la condición adicional de que sólo un clérigo franciscano podría atender a los miembros del distrito; así como que a la familia de Yanga se le concedería el derecho de gobernar.
Bajo estas condicionantes, el distrito de Yanga fue oficialmente establecido y permanece hasta nuestros días. Cinco décadas después de la independencia mexicana, Yanga fue nombrado héroe de México. Vicente Riva Palacio, nieto del presidente mexicano afrodescendiente, Vicente Guerrero, reconoció su labor y le dio un papel en la historia. Como dato, hay una estatua en la comunidad veracruzana.
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CAB