Saber cómo limpiar o “curar” los utensilios para mejorar su rendimiento y mantenimiento, es de los secretos de cocina más importantes por conocer
Si bien el descubrimiento del fuego fue el punto de inflexión en la evolución de las actividades humanas como la elaboración de alimentos, así como el intercambio cultural gracias a las rutas comerciales entre Europa y Asia, la cocina está llena de secretos que resultan básicos al momento de aprender a cocinar.
Porque cocinar se refiere al hecho de intervenir o transformar uno o varios alimentos, tener los utensilios adecuados es de suma importancia al mejorar la cocción y ayudar a mantener un ambiente higiénico, también es importante saber cómo limpiarlos o “curarlos” para mejorar su rendimiento y mantenimiento.
Curar las ollas de barro
Curar una olla de barro es uno de los primeros secretos que comunican las abuelas, y entre las técnicas que se conocen está el remojarlas en agua fría y limpia por un lapso de doce horas, para después dejarlas secar. Una vez libres de humedad, después hay que frotarla con un diente de ajo pelado, llenarla nuevamente de agua y dejarla hervir entre cinco y diez minutos, y después solo lavarlas.
El ajo tapa los poros del barro, ayudando a evitar filtración alguna, además de ayudar a que se endurezcan las partes no esmaltadas.
Otra técnicas muy usada es colocar una solución de agua y cal sobre la superficie y dejarla secar al aire libre, para después lavar el traste.
Curar sartenes, arroceras y woks
Previo al mantenimiento que se les debe dar durante su vida útil, seguramente tus abuelas también se explicaron que estos utensilios deben curarse antes del primer uso.
Primero, con ayuda de una servilleta hay que untar aceite sobre la superficie del sartén o cacerola (según sea el caso), y ponerlos a fuego medio en la estufa. Una vez que el aceite se ha consumido por completo, se retira del fuego con sumo cuidado para no quemarse, y esperar a que se enfríe para después lavarla con agua fría, retirando los restos del aceite.
Repite el proceso hasta que puedas comprobar que se ha creado una película protectora sobre el antiadherente de la sartén.
De esta manera se habrá creado una película antiadherente que extenderá la vida de su sartén, arrocera o wok.
Cómo limpiar los cuchillos de acero
Hechos de acero inoxidable, material tratado para resistir el óxido y la corrosión, es importante saber que debemos enjuagarlos con agua tibia y un poco de jabón, después de usarlos, para evitar que se acumulen residuos entre la hoja y el mango, repercutiendo en olores y sabores que no deseamos..
Además, así como con las navajas, cada tanto hay que aceitarlos y darles filo, y guardarlos boca abajo en los tacos de madera de la cocina con ranuras especiales, o en una banda magnética sobre la que se colocan.
Cómo cuidar el peltre
Otro de los grandes secretos de la cocina es cómo cuidar los utensilios de peltre, tan arraigados en las cocinas de México, lo mismo como cucharones, platos, tazas, ollas o cacerolas.
De entrada, es importante saber que el peltre ha sido una aleación compuesta por estaño, cobre, antimonio y plomo, que al fundirse se forja como se desee, y después se pasa por un baño de esmalte cerámico, para que tenga su acabado barnizado. El peltre que usamos hoy en día no contiene plomo.
Como utensilio de cocina, es un material muy resistente y durable, además es fácil de limpiar y resiste muy bien al colocarlo al fuego directo, sin alterar sabores ni propiedades de los alimentos. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado en que no se vaya a despostillar, o la comida se contamine al estar en contacto directo con el metal.
Para limpiarlo, basta con lavarlo con agua y jabón no abrasivo, y después añadir una pasta pulidora para mantenerlo brillante. No uses fibras metálicas.
¿Qué tabla para cortar o picar debemos usar?
La tabla para cortar o picar es una de las herramientas básicas en toda cocina, siendo las más comunes y usadas las de madera o plástico, para el corte de verduras, hortalizas, carnes o pescados.
Ya sean de plástico o madera, lo primero que debemos entender es que por seguridad alimentaria y para evitar contaminación cruzada, hay que tener una especial para verduras y otra para las carnes; de ahí en fuera, lo que debemos tomar en cuenta es la facilidad para limpiar, desinfectar y secar; aunque los expertos aconsejan usar según el alimento: plástico para carne, y madera para frutas, verduras, pan y queso.
Si bien en la madera, el agua es más fácil de absorber y terminan hinchadas, si la de plástico se daña, los microorganismos tendrán más lugares para alojarse y esconderse, por lo que la limpieza no será correcta.
Para limpiar las de madera, se sugiere el uso de sal kosher, aclarándose posteriormente con agua caliente y jabón, y secarla rápidamente, no se debe dejar escurrir y secar naturalmente. Y sin importar el material, se pueden desinfectar al bañarla en una solución de agua con una cucharada de lejía, se enjuaga con agua limpia y después se seca.
IPR
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