Si bien el tradicional y multitudinario festival de Munich fue cancelado, pequeñas cervecerías podrán organizar mini reuniones turísticas
A partir de este sábado, las celebraciones del Oktoberfest iniciaron en la ciudad de Múnich, Alemania, con el tradicional golpeteo de un barril y el grito de “¡O’zapft is!” (¡Está abierto!), el cual tendrá medidas de acceso y reunión diferentes debido a la pandemia de Covid-19 en el mundo.
Las autoridades locales señalaron que la celebración estará altamente regulado debido a preocupaciones de más contagios de coronavirus.
Aunque el festival oficial de la cerveza Oktoberfest fue cancelado, por lo que no hay grandes carpas llenas de gente ni cientos de puestos vendiendo comida, pequeños locales y establecimientos sí podrán brindar servicio a los visitantes a la ciudad bajo estrictas medidas.
Alrededor de 50 cervecerías y otros establecimientos de la ciudad del sur de Alemania están organizando sus propias fiestas, más pequeñas, siguiendo las pautas sobre el uso de mascarillas en público, el distanciamiento social y otras restricciones.
El exalcalde Christian Ude dio inicio a la fiesta, colocando un grifo en un barril de 20 litros (5 galones), una décima parte del tamaño de la norma Oktoberfest, en la cervecería Schillerbraeu, vestido con pantalones de cuero de cuero bávaro y con un cubrebocas.
Mientras tanto, la policía patrullaba los terrenos regulares del festival para asegurarse de que no comenzaran fiestas espontáneas.
La pérdida del Oktoberfest es un gran golpe económico para la ciudad bávara, que recibió a 6.3 millones de visitantes el año pasado para el año 186 del festival.
Se les sirvió 7.3 millones de litros de cerveza durante 16 días y consumieron la carne de 124 bueyes, entre otras comidas tradicionales.
Las celebraciones moderadas de este año se extenderán hasta el 4 de octubre.
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NCV