Con estilo gótico victoriano y 96.3 m de altura, la torre que aloja al Big Ben fue levantada como parte del nuevo edificio del Palacio de Westminster
Icónica silueta de Londres, el Big Ben debe su nombre a la más grande de las campanas que componen el Gran Reloj de Westminster, obra maestra de ingenieros y relojeros que tiene un peso aproximado es de 13 toneladas, junto a cuatro campanas más que se encargan de dar los cuartos.
Aunque el mecanismo del reloj fue completado en 1854, la torre fue construida por completo hasta cuatro años más tarde, y sus cuatro laterales y esferas fueron diseñados por Augustus Pugin.
Cada lateral tiene una estructura esférica de hierro de 7 metros de diámetro que contiene 312 piezas de cristal opaco, de las cuales algunas pueden quitarse para revisar las manecillas del reloj. La manecilla que marca las horas mide 2.7 metros de largo, mientras que la que marca los minutos mide 4.3 metros.
Construida en 1858, la torre que aloja esta monumental máquina se encuentra en la esquina noroeste del edificio que alberga la sede de las dos Cámaras del Parlamento Británico, existiendo dos teorías sobre el motivo de su nombre; una es que es en honor al primer encargado de la construcción, Benjamin Hall y la otra, que se debe al boxeador Ben Caunt, que era muy popular en aquel tiempo.
Con estilo gótico victoriano y 96.3 metros de altura, la Torre del Reloj de Westminster fue levantada como parte del nuevo edificio diseñado por Charles Barry, después de que el viejo Palacio de Westminster quedó destruido por un incendio la noche del 16 de octubre de 1834.
¿Pero por qué un estilo gótico en la era victoriana? Simplemente para que la corona británica se diferenciara del resto de monarquías y países, cuyos parlamentos estaban construidos con el estilo clásico.
De naturaleza soberbia, la torre se inclina levemente al noroeste unos 220 mm. por las condiciones del suelo de donde está asentada, mientras que, por los efectos del calor, cada año oscila algunos milímetros al este y al oeste.
Así, han sido seis monarcas y más de cuarenta primeros ministros los que han ido y venido en el tiempo desde que las campanas tocaron por primera vez su música aquel 7 de septiembre de 1859.
Otras más de sus particularidades es que en la base de cada una de sus caras está la inscripción en latín: ‘DOMINE SALVAM FAC REGINAM NOSTRAM VICTORIAM PRIMAM’ (Dios guarde a nuestra reina Victoria I).
Otros datos y anécdotas poco conocidas de este reloj mundialmente conocido es que su fiabilidad para dar la hora se debe a que su diseñador, Edmund Beckett Denison, inventó un sistema de escape de gravedad, con el que el péndulo no es alterado por la acumulación de nieve en las agujas, por el viento o por la temperatura. Elementos del clima a los que es constantemente sometido.
Durante dos años en la Primera Guerra Mundial, la campana del Big Ben estuvo en silencio para evitar que los aviones enemigos se concentraran en las Casas del Parlamento.
También, durante el bombardeo a Londres en la Segunda Guerra Mundial por parte de la Luftwaffe, el reloj siguió funcionando y dando la hora con perfecta puntualidad.
En Nochevieja de 1962, el año nuevo entro con diez minutos de retraso por la gran cantidad de nieve acumulada entre las agujas.
El 5 de agosto de 1976, tuvo su primera y única avería por el desgaste del metal, el rompiéndose el mecanismo del repique, siendo reactivado otra vez el 9 de mayo de 1977.
También, el 30 de abril de 1997, el día antes de las elecciones generales, se detuvo y tres semanas después, volvió a detenerse.
Y el viernes 27 de mayo de 2005 se detuvo por noventa minutos debido a las fuertes temperaturas en Londres, alcanzando hasta 31.8° C.
El 21 de diciembre de 2017 dejó de sonar, ya que la torre sería sometida a un proyecto de restauración de cuatro años, tiempo en el que la campana solamente sonaría para eventos especiales, en particular la víspera de Año Nuevo y el Domingo de la Memoria.
IPR
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