El dictador Alexander Lukashenko, llegó este domingo en helicóptero y con fusil en mano a la residencia presidencial oficial de Bielorrusia
El presidente de Bielorrusia, Alexánder Lukashenko, fue captado con un chaleco antibalas y un fusil Kalashnikov sin cargador en la mano, tras bajar del helicóptero que este domingo lo trasladó a su residencia de trabajo en Minsk, la capital del país, junto a la cual se estaba realizando una protesta de la oposición.
Además, el mandatario salió del aparato acompañado de hombres armados, avanzando en medio de las multitudinarias protestas que sumaron el día 15 consecutivo tras las elecciones consideradas “fraudulentas”.
Todos los accesos al palacio fueron bloqueados por la Policía antidisturbios, otras fuerzas especiales y equipo especial, incluidos blindados.
Al presidente de Bielorrusia, que cultiva un aura de machismo, solo pretendía hacer una demostración de agresión, lo acompañaba su hijo de 15 años, Nikolai, igualmente vestido con uniforme de camuflaje, también con chaleco antibalas y una ametralladora sin cargador.
Pese a las imágenes captadas, Natalia Eismont, portavoz presidencial, aseguró al canal ONT que Lukashenko había estado todo el día trabajando en su residencia y que se encontraba allí cuando llegaron los manifestantes, denunciando un “intento de asalto al palacio” por parte de los inconformes, pero “no tuvieron el valor y viendo lo que podría pasar, dieron media vuelta y corrieron, literalmente, en la dirección contraria”.
Lukashenko ganó las elecciones presidenciales de 1994 como candidato independiente, con un programa electoral en el que prometía medidas económicas de corte socialista y una mayor integración con Rusia y la Comunidad Económica Eurasiática.
Desde entonces ha sido reelegido en seis ocasiones con porcentajes superiores al 70 % de los votos, resultados controvertidos al ser considerados fraude electoral por parte de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
En Bielorrusia ha mantenido una alta popularidad gracias al mantenimiento de ayudas sociales y el desarrollo económico, pero en las elecciones de 2020 se constató un descontento en aumento y por primera vez ha tenido que hacer frente a una oposición organizada liderada por Svetlana Tijanóvskaya que cuestiona su permanencia en el poder.
IPR
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