La juventud puede ser una fuerza positiva para el desarrollo cuando se les brinda el conocimiento y las oportunidades que necesitan para prosperar
En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 12 de agosto como el Día Internacional de la Juventud, siguiendo las recomendaciones de la Conferencia Mundial de Ministros de la Juventud, efectuada en Lisboa.
Se trata de una celebración anual que busca promover el papel de la juventud como socia esencial en los procesos de cambio y generar un espacio para generar conciencia sobre los desafíos y problemas a los que estos se enfrentan.
El Día Internacional de la Juventud sirve para celebrar y dar voz a la juventud, sus acciones y sus iniciativas de los jóvenes.
La celebración adoptará la forma de un debate similar a un podcast organizado por jóvenes para jóvenes, junto con otros actos organizados de manera independiente en todo el mundo para destacar la importancia del compromiso de los jóvenes en la vida y los procesos políticos, económicos y sociales.
El tema de este 2020, bajo el lema “La compromiso de la juventud po la acción mundial”, tiene por objeto destacar las maneras en las que el compromiso de los jóvenes a nivel local, nacional y mundial puede enriquecer los procesos y las instituciones nacionales y multilaterales, así como identificar cómo mejorar significativamente su representación y participación en las instituciones políticas oficiales.
En el año que celebramos el 75 aniversario de la ONU y cuando estamos a diez años para que la Agenda 2030 sea una realidad para todos; la confianza en las instituciones públicas se está perdiendo cada vez más.
En el plano internacional, con el telón de fondo de un mundo cada vez más polarizado, el sistema internacional de gobernanza atraviesa actualmente una crisis de legitimidad y pertinencia.
En particular, esta crisis tiene su origen en la necesidad de fortalecer la capacidad del sistema internacional para actuar de manera conjuntar y encontrar y aplicar soluciones a los problemas y amenazas del momento actual.
Nos enfrentamos a algunos de los peores conflictos contemporáneos y emergencias humanitarias, como las de Siria o Myanmar, y a desafíos mundiales, como la pandemia de COVID-19 y el cambio climático.
La participación de los jóvenes en la política formal fomenta la equidad de los procesos políticos al reducir el déficit democrático y contribuye a la creación de políticas mejor formuladas y más sostenibles.
Además, puede contribuir en restaurar la confianza en las instituciones políticas, especialmente entre la juventud.
Por último, los problemas actuales, como el COVID-19 y el cambio climático, requieren una acción mundial conjunta y la participación y el compromiso de los jóvenes es fundamental para abordalos de manera eficaz.
Este año, el día se centra en fomentarla el compromiso de de los jóvenes en estas tres vías interrelacionadas:
- Participación a nivel local o de comunidad.
- Participación a nivel nacional (formulación de leyes, políticas y de su aplicación).
- Participación a nivel mundial.
Y, dado que el COVID-19 afecta a todos los segmentos de la población, y los jóvenes desempeñan un papel fundamental en la gestión de esta pandemia y en la recuperación tras esta.
Aunque todavía no se sabe con seguridad cómo la enfermedad afecta a los jóvenes, el Programa de Acción Mundial para los Jóvenes (WPAY) establece que los gobiernos deben asegurar que sus servicios satisfacen las necesidades de los jóvenes.
En este contexto, hay que garantizar que los jóvenes, así como otros sectorres de la comunidad y los pacientes, son tenidos en cuenta en la puesta en marcha de medidas sanitarias y no sanitarias en la respuesta a COVID-19.
Este programa considera también fundamental reforzar la capacidad de los jóvenes para tomar sus propias decisiones y asumir responsabilidades en materia sanitarios.
Así, la educación en temas de salud, la promoción de la salud pública y la información basada en pruebas son fundamentales para combatir la propagación y los efectos del COVID-19, sobre todo para combatir la propagación de la desinformación en la red.
El papel de los gobiernos, las organizaciones juveniles y los grupos de la comunidad es esencial para garantizar la difusión de información fiable sobre la salud pública.
Los propios jóvenes utilizan estos días las nuevas tecnologías para difundir información sobre la salud pública de manera creativa, con vídeos sobre cómo lavarse las manos correctamente o para mostrar cómo el distanciamiento social puede salvar vidas.
Una juventud innovadora está dando respuesta al virus. Se están desarrollando varias iniciativas para fomentar y aprovechar los esfuerzos de los jóvenes por generar y ayudar a las poblaciones en situación de riesgo o afectadas por la pandemia.
Aunque la mayoría de estas iniciativas son de carácter voluntario, como las de jóvenes que van a comprar y entregar alimentos a personas mayores o en situación de riesgo, también las hay en forma de empresas sociales.
Muchos centros de innovación tecnológica impulsados por jóvenes ofrecen apoyo a empressas emergentes para desarrollar soluciones efectivas para abordar el COVID-19.
IPR
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