Un tribunal de California ordenó a Uber y Lyft que contraten a los conductores que tienen en el estado como empleados, y dejen de operar como autónomos
Un duro revés sufrieron este lunes las empresas tecnológicas Uber y Lyft, después de que un juez de California emitiera una orden que les obliga a las firmas clasificar a sus conductores como empleados y ya no como contratistas, hecho que podría disparar los costos de personal de estas dos firmas de transporte compartido, poniendo en duda la sostenibilidad de su modelo de negocio.
El magistrado Ethan Schulman de la Corte Superior de San Francisco fue el que tomó la decisión, la cual responde a una demanda presentada por el Gobierno de California y, hecho por el que se limita solamente a dicha entidad, donde Uber y Lyft tienen su sede, así como uno de sus mayores mercados.
El fallo del juez fija un plazo de 10 días a partir de este mismo lunes hasta que entre en vigor la orden, para que las empresas la puedan apelar, pues clasificar a sus conductores como empleados asalariados supondría tener que hacerles un contrato, pagarles un salario fijo y ofrecerles beneficios como el seguro médico, días de vacaciones y de enfermedad.
Esto, en el marco de que en California es obligatorio desde el 1 de enero de 2020 que las empresas de la economía “colaborativa” como Uber y Lyft, contraten a quienes ofrecen servicios a través de sus plataformas, que se calcula son un millón de personas.
Fue a finales de junio cuando la Oficina del Fiscal General de California y los defensores públicos de las ciudades de Los Ángeles, San Diego y San Francisco, solicitaron a la Justicia que ordenara la reclasificación de los conductores de Uber y Lyft “con carácter inmediato”.
IPR
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