Nunca permitió que su diferencia la derrotara, sino que se enfrentó a las expectativas sociales y obtuvo su licencia de piloto.
Jessica Cox vuela un avión con los pies. Aunque nació sin brazos, Jessica no permitió que su diferencia la derrotara, sino que se enfrentó a las expectativas sociales y obtuvo su licencia de piloto.
Hoy, a sus 37 años inspira a otros con una historia enriquecedora y recorriendo el mundo como conferencista motivacional. Su mensaje: “Nunca te rindas”.
“No existe una explicación médica de por qué nací sin brazos”, dijo Jessica a The Epoch Times. “De hecho, ni siquiera estaba relacionado con una condición genética. Mi hermano y mi hermana nacieron con brazos”.
Nacida en Arizona en 1983, Jessica se dio cuenta de su diferencia física desde temprana edad. Sus compañeros de clase la molestaban en la escuela y tuvo que soportar el hecho de sobresalir por usar equipo especializado en el aula. Ella dijo que fue “muy difícil ser diferente”, e incluso probó con prótesis de brazos.
Sin embargo, después de soportar 11 años usando las extremidades cosméticas calurosas y pesadas que otros esperaban que ella usara, Jessica se dio cuenta de que su propensión natural a usar sus pies era una forma mucho más efectiva para vivir.
A los 14 años, abandonó las prótesis y siguió adelante con las extraordinarias capacidades de adaptación de su propio cuerpo.
A medida que su amor por volar creció exponencialmente, también creció el deseo de Jessica de ponerse en la cabina. Se graduó de la Universidad de Arizona con un título en Psicología y Comunicación en 2005 y decidió seguir la formación de piloto.
“No siempre me gustó volar”, admitió Jessica. “Fue realmente aterrador para mí. Pero he llegado a amarlo y cada vez que tengo la oportunidad de volar, estoy feliz por el resto del día”.
Mirando hacia atrás, Jessica describió sus tres años de entrenamiento de piloto como “una de las cosas más difíciles que he hecho”.
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AFG