En la Ciudad de México aún no se establece un protocolo para que la población haga un manejo adecuado de los residuos biológicos infecciosos
Cubrebocas, guantes y hasta caretas usados están siendo desechados en la vía pública de la Ciudad de México. En calles secundarias, vialidades principales y espacios públicos están proliferando estos residuos catalogados por las autoridades como biológicos infecciosos.
A través de recorridos, se captaron estos elementos en banquetas, arroyo vehicular, áreas verdes y parques públicos luego de haber sido utilizados por los capitalinos para prevenir contagios de covid-19.
A raíz de la pandemia, en la ciudad la generación de residuos biológicos infecciosos se duplicó, pues de recolectar 14 o 15 toneladas mensuales, la cifra se elevó hasta las 30 toneladas, de acuerdo con datos de la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse).
“El problema con estos residuos es que no podemos tener certeza sobre su grado de peligrosidad.
El covid-19 se manifiesta de distinta manera en las personas en función de su estado de salud, su genética y condiciones ambientales, por lo tanto, existe esta situación en la que puede haber pacientes asintomáticos, quienes no presentan ningún síntoma, pero son portadores del virus y es precisamente este sector de la población el que podría representar un riesgo mayor, porque al sentirse sanos no toman medidas especiales para el manejo de sus residuos y el problema es que cuando los desechan en la vía pública, pues exponen al resto de población a un posible contagio.
¿Qué tanto puede ser?, es muy difícil o imposible de cuantificar porque no tenemos un registro precisamente de esta cantidad de personas ni tampoco de cuántos de ellos manejan bien o manejan mal los residuos”, indicó Alethia Vázquez Morillas, investigadora del Departamento de Energía de la UAM.
El gobierno capitalino tiene establecidos los protocolos para recolectar estos residuos en hospitales y hogares de personas sospechosas o contagiadas de covid-19. En general, los desechos se colocan en bolsas especiales y se trasladan a plantas en donde se incineran.
Sin embargo, en la Ciudad de México aún no se establece un protocolo para que la población general haga un manejo adecuado de los residuos biológicos infecciosos. En el mejor de los casos se están mezclando con el resto de los desechos inorgánicos sanitarios, pero también se están tirando en la vía pública.
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NCV