Las extensiones de cabello procedente de China se confiscaron por la posibilidad de haberse originado en los centros de «reeducación».
Pelucas y otros productos confeccionados con cabello natural fueron confiscados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP).
Las trece toneladas de material se valúan en 800 mil dólares, y provienen de Xinjiang, China. Se decomisó debido a que se sospecha que el pelo se obtuvo mediante trabajo forzado de la población uigur.
La producción de estos bienes constituye una muy seria violación a los derechos humanos. La orden de detención tiene la intención de enviar una señal clara y un mensaje directo a todas las entidades que buscan hacer negocios con los Estados Unidos. Las prácticas ilícitas e inhumanas no serán toleradas en la cadena de suministros de Estados Unidos.
Dijo la comisionada ejecutiva asistente en la oficina de comercio de la CBP, Benda Smith.
En Beijing se han desplegado «centros de reeducación» en los que se obliga a trabajar a los miembros de la minoría musulmana uigur. La capital de China se justifica aludiendo al historial de terrorismo yihadista, por lo que, aseguran, es necesario adoctrinarlos.
De acuerdo a organismos de Derechos Humanos, más de un millón de uigures han sido ingresados a los «centros de formación profesional». Ante ello, la CBP emitió el 17 de junio una orden para confiscar cargamentos de las compañías Lop County Meixin Hair Product Co. Ltd.
La primera detención de cargamento ocurrió en el puerto de Nueva York/Newark. Se le pidió a la compañía china demostrar que los productos no provenían de trabajos forzados, sin embargo, no se obtuvo respuestas.
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